Por Luis Fiorretti
“Así como un Embajador representa a su país, uno de marca representa a la bodega”, explica Laura Sotelo, Embajadora de los vinos de la Bodega Familia Zuccardi. Un concepto quizás algo nuevo en América latina, no obstante los norteamericanos lo usan hace tiempo, continuó la misma, quien visitó nuestro país durante la última edición de la Expo de Mariano Roque Alonso.
Somelier de profesión, como embajadora, su trabajo es llevar el vino a distintos lugares y personas, promoviendo el nexo entre marca y cliente. “Podés tener el mejor vino, pero si el consumidor no lo elige, no sirve. Entonces, mi tarea es de difusión”, afirma.
El mundo del vino la atrajo desde joven, haciendo un curso solo como hobbie, aunque su formación inicial fue la de comunicación social. Así, en un momento de incertidumbre laboral, un aviso clasificado de una bodega solicitando una persona para atención telefónica al público, le abrió un nuevo panorama, siendo la oportunidad perfecta de aplicar sus conocimientos en comunicación y los obtenidos de aquel curso.
Así, trabajando en la bodega en cuestión, Norton, decidió formarse profesionalmente como sommelier. Actualmente lleva 8 años en Zuccardi.
SOBRE LA BODEGA. Laura invita adentrarnos en la bodega, el quid de su labor. Cuenta que Zuccardi es una excepción en el panorama vitivinícola argentino, por ser de las pocas que mantienen su origen familiar. Actualmente en su tercera generación, cumple 50 años de trayectoria este 2013.
La bodega es una de las principales de Argentina a nivel exportación. “El ranking varía cada año, pero estamos siempre entre las 4 primeras”, indica. Su centro de producción se asienta en el valle de Maipú, poseyendo viñas en distintos valles. De estos, el más importante es Uco, donde hoy construye una nueva bodega para la elaboración exclusiva de la marca Zuccardi.
En el mismo valle cuenta con viñedos en 5 zonas distintas, realizando actualmente un trabajo exhaustivo de análisis de suelos para optimizar sus cosechas. Además, la bodega cuenta con viñedos en el valle de Santa Rosa y compra selectivamente uvas a otros productores.
Fundada por los padres de José Alberto Zuccardi, actual director, sus hijos participan volcados en diversas áreas de la bodega: Sebastián, el hijo mayor, es ingeniero agrónomo y lidera el proyecto de investigación y desarrollo, encargándose además de las viñas del valle de Uco; Julia, cuyo nombre es origen de la conocidísima línea Santa Julia, “porque los padres siempre piensan que las hijas son santas, mientras ella se pasa la vida aclarando que es Julia, pero no santa”, se encarga del área turística de la bodega; finalmente, Miguel, también ingeniero agrónomo, abrió un nuevo camino dedicándose al aceite de oliva. “Es toda una familia apasionada por lo que hace”, destaca.
CEPAS Y LOS VINOS. Zuccardi desarrolla prácticamente todas las cepas criadas en Argentina, pero no en todas sus líneas, siendo la única con el privilegio de decir presente en todas el Malbec.
Otra muy importante es el Tempranillo, de la cual Zuccardi fue pionera en el país, a mediados de los años 80, llegando a ser la primera bodega en lanzar una etiqueta con este varietal. En cuanto a gamas altas, también el Zuccardi Q fue el primer vino en elevarla a este nivel.
Siguiendo los pasos del tempranillo, para Zuccardi es muy importante el Bonarda, constituyéndose actualmente en una alternativa a la cosecha masiva de Malbec en Argentina. Así, en conjunto produce unos 16 millones de litros anuales, a través de casi mil hectáreas.
A la hora de elaborar vinos, Zuccardi divide su repertorio en dos grandes marcas, bien definidas y orientadas a distintos públicos, la mencionada Santa Julia, y la que lleva el apellido familiar.
La primera línea se caracteriza por vinos fáciles de tomar, pensados para que cualquier persona pueda entender, dejando de lado grandes complejidades. Ofrece al consumidor la posibilidad de encontrar siempre lo que busca en términos de aromas y sabores, manteniéndolos a través de las cosechas. Es un vino tanto para iniciados como para el consumo cotidiano. No obstante, sus líneas más altas nos permiten una guarda de incluso 5 años.
Sus distintos niveles: Santa Julia Varietal, sin paso en madera; Santa Julia Reserva, con un toque de madera; el siguiente peldaño es Alambrado, y Santa Julia Magna es el ícono de la marca.
Su enólogo jefe es Rodolfo Montenegro, parte de la bodega hace 20 años.
Por su parte, la marca Zuccardi piensa ya en vinos donde las sutilezas hacen la diferencia. Sus consumidores entienden que los factores incidentes en el vino cada año aportan diferentes circunstancias según la cosecha, generando variedad en la misma etiqueta en añadas diferentes, constituyendo la esencia de quienes buscan sus etiquetas.
Sus líneas: Serie A (por Argentina); Zuccardi Q (por la palabra en inglés “quality”, es decir, calidad); Zuccardi Z, súper premium que hasta hace muy poco era el ícono; luego dos vinos especiales, no líneas, que surgen como homenaje de Sebastian Zuccardi a los fundadores de la bodega, sus abuelos, el Bonarda Ema Zuccardi y Tito Zuccardi. Finalmente el nuevo ícono de la marca, Aluvional, cuyo criterio es muy novedoso para un vino de alta gama: su etiqueta no muestra la variedad, Malbec, sino el enfoque que lleva, puesto en la región, o más exactamente terroir de producción de las uvas, que hace su identidad. “Lanzada el año pasado, Aluvional cuenta en este momento dos vinos, pero ya están llegando pronto nuevas cosechas, o mejor dicho, terroirs”, señala la entrevistada.
Los vinos de esta marca son pensados por Sebastián Zuccardi, llevando las precisiones enológicas Rubén Ruffo, otro gran profesional de vino. Las gamas top permiten guarda de hasta 15 años.
MÁS ALLÁ DE LOS VINOS. Por otro lado, Zuccardi tiene 2 restaurantes (La Casa del Visitante y Pan & Oliva), junto a una serie de programas turísticos que van más allá de la mera exhibición de barricas. Hablamos de involucrar al visitante con programas como “Vení a cosechar”, donde se le enseña el arte de la cosecha.
Otros programas son “Vení a podar”; o para los muy deportistas “Bike and Tasting”, en el cual con una bicicleta se recorren los viñedos; “Picnic” en los preciosos jardines aledaños a los restaurantes; y quizás el más espectacular, “Vení a volar”, consistente en un recorrido en globo aerostático sobre los viñedos.
Laura Sotelo, diplomática del vino
En la Expo que anualmente se realiza en Mariano Roque Alonso estuvo la embajadora de las marcas de Familia Zuccardi, sommelier de profesión y comunicadora del fruto por vocación.
Noviembre 02, 2013