INSPIRADOS EN EL TERROIR. Viña Cobos es el proyecto de Paul Hobbs, un nombre con mucho peso entre los amantes del vino. Es un enólogo neoyorkino nacido en el seno de una familia de granjeros. Es así que en medio del quehacer familiar, tuvo sus primeros acercamientos al concepto del terroir, sin saber que el mismo marcaría su futuro para siempre.
Con formación en química, viticultura y enología, Hobbs se convirtió en uno de los grandes impulsores del vino de Napa Valley, trabajando para bodegas como Robert Mondavi, Opus One, entre otras. En el año 1988, Sudamérica y más concretamente, Mendoza, llamó su atención; así que se instaló en la provincia argentina, donde encontró el suelo fértil para cultivar su sueño de hacer vinos que expresen el corazón del terruño, un sueño que hoy florece en copas.
“Nuestros vinos son grandes vinos porque tenemos grandes viñedos y lo que más nos gustaría hacer es no tener que hacer nada. Buscamos la mínima intervención posible para respetar la naturaleza y que llegue a la copa lo que se ve y lo que se prueba en el viñedo”, explicó Victoria.
Nos contó también que actualmente prefieren trabajar con productores asociados, tanto de Luján de Cuyo como de Valle de Uco, para ir encontrando las uvas que mejor se adaptan a lo que buscan en los vinos. “Nuestra filosofía es la exploración”, dijo. Y es así como cada botella, de acuerdo a su procedencia, puede contar una historia muy distinta.
EL TERRUÑO EN LA COPA. Tuvimos el placer de degustar tres de los vinos de Cobos, cada uno de ellos maridado con platos de la cocina de Stilo Campo. El primer vino fue el Bramare Chardonnay Los Arbolitos Vineyard 2017.
“Los Arbolitos es un viñedo de 300 hectáreas en el Valle de Uco. Nosotros trabajamos en una hectárea y media, donde seleccionamos dos parcelas diferentes ya que somos muy detallistas”, explicó Victoria.
Comentó que para elaborar este vino, realizan cosecha manual nocturna, de manera a evitar la oxidación de la uva. Y que al llegar a la bodega, luego del despalillado y prensado, el mosto va directo a la barrica donde fermenta, para luego pasar 12 meses de guarda en roble (30% en roble francés nuevo). “La idea es que tenga fermentación maloláctica espontánea, que tenga buena acidez pero que también tenga cierta untuosidad”, comentó.
“Buscamos muy buena concentración pero también una buena tipicidad varietal y la acidez es fundamental”. Y sin dudas han encontrado lo que buscan. Es un Chardonnay dorado, untuoso y de una nariz muy típica de la cepa, con notas de manzana, cítricos y la infaltable miel, pero que además, también incorpora aromas florales, un rasgo muy característico de los vinos de Los Arbolitos, explicó Victoria. En boca tiene peso, es amplio y con una acidez marcada, dejando su huella en el paladar.
LA ESPECIALIDAD DE PAUL HOBBS. El segundo vino fue el Bramare Cabernet Sauvignon 2015, “la especialidad de Paul”, según nos contó Victoria. Explicó que a la hora de elaborarlo: “buscamos no tener excesos de pirazinas, ya que no queremos un Cabernet verde. Respetamos la tipicidad varietal, pero no queremos un vino salvaje, sino cuidar la elegancia”.
Este Cabernet proviene de Luján de Cuyo, de unas 3 a 4 parcelas seleccionadas por el equipo. Tiene 18 meses en barrica, 25% de roble nuevo francés y 5% americano, mientras que el resto en robles de segundo y tercer uso.
Es de color rubí intenso y profundo. En nariz es complejo, integrando fruta roja y negra y un suave pimiento rojo que aflora a medida que se abre. También están presentes los aromas mentolados y la madera. En boca tiene un sweet point que conquista al primer sorbo y luego se expande con mucho sabor y resulta carnoso. Los taninos son elegantes e intensos y la acidez equilibrada. Un gran Cabernet para nuestra cocina.
EL INFALTABLE MALBEC. No hay bodega mendocina que no presente su Malbec, y más aún Viña Cobos, grandes impulsores de la cepa. En esta oportunidad degustamos el Malbec Rebon Vineyard 2013, de la línea Vineyard Designate, una serie de vinos elaborados con uvas de parcelas especiales.
Este vino viene de La Consulta en Valle de Uco, una de las zonas más altas, siendo Rebon uno de los viñedos más antiguos y tradicionales de la zona, comentó la vocera.
Los 6 años de este Malbec se delatan a la vista. Con tan solo verlo caer en la copa, la textura licorosa y el cuerpo adelantan la experiencia. En nariz aflora la fruta negra madura como moras y ciruelas, además de la pimienta negra, la madera y el tabaco. Victoria explicó que a la hora de producir Malbec, buscan alejarse del típico aroma a mermelada de ciruela, explorando otros ángulos de la cepa. En boca es licoroso, con taninos sedosos y maduros y un largo final. Un Malbec distinto, delicado y con personalidad.
VINOS PARA LA MEMORIA. Victoria declaró que los vinos de Cobos buscan dejar su huella: “Queremos hacer vinos con corazón, que tengan personalidad, que se agarren a la boca, que tenga persistencia, pero que sean elegantes y equilibrados. Si logramos que esa persistencia quede en las personas también, logramos lo que buscamos”.
Si ya te dejamos con las ganas de probarlos, la línea completa (Felino, Cocodrilo, Bramare, Bramare Appellation, Bramare Vineyard Designate y Cobos) está disponible en el mercado gracias al importador Caminos del Vino. Cada una de estas etiquetas promete llenar las copas no solo con vino, sino con el espíritu de su terroir y el corazón de la bodega.
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