A orillas del río Duero nacen vides que dan vinos famosos en todo el mundo, esos que llevan en su etiqueta la denominación RIBERA DEL DUERO. De allí provienen estos dos ejemplares que tuvimos el placer de degustar y comparar para traerles un análisis sensorial que facilite la elección, aunque, como siempre decimos, lo ideal es que se animen a probar ustedes y a disfrutar de todo el proceso.
Pero antes de empezar a hablar de aromas y niveles de taninos, conversemos un poco sobre la DO Ribera del Duero. Se encuentra en la comunidad autónoma de Castilla y León. El eje fluvial que riega los viñedos es el río Duero y sus afluentes (Pisuerga y Arlanza). Gracias a ellos, en esta región hay una gran variedad de microclimas que hacen que los vinos tengan un sello único.
PublicidadSon alrededor de 21.000 hectáreas de viñedos en una zona de laderas que oscilan entre 700 y 900 MSNM, una altitud bastante elevada para los viñedos del viejo continente. Sus suelos tienen caliza en su composición, son pobres en hierro y poco fértiles. Una combinación excelente para el cultivo de uvas de calidad. En cuanto al clima, tiene veranos secos e inviernos largos, con amplitudes térmicas que hacen que las uvas lleguen a la madurez correcta.
PAGOS DE QUINTANA. Una reconocida bodega de la DO, creada en 1992, situada en el municipio de Quintana del Pídio, de allí su nombre, conocido también como el “jardín de la Ribera”. Poseen viñedos con edades que oscilan entre los 20 y los 90 años de edad, y que son en su mayoría, de la variedad Tempranillo (Tinto fino del país), la uva más importante de la Denominación y que representa el 60% de la superficie plantada.
PublicidadLa bodega cuenta con una estructura de más de 2500 m2 con una nave de dormitorio de botellas climatizadas con capacidad para 120.000 botellas y una nave de crianza para unas 1000 barricas. Toda una infraestructura preparada para dar vida a caldos memorables.
A LO NUESTRO: DOS VINOS QUE NOS SORPRENDIERON. Siempre que vamos a catar, buscamos ir de menor a mayor intensidad. En esta ocasión empezamos por el Pagos de Quintana Ribera del Duero Roble. Elaborado con 100 % Tempranillo de viñedos ubicados a unos 800 MSNM. Tiene una crianza de 4 meses en barricas de roble americano y 2 meses en botella. Con este tiempo de crianza, en la DO Ribera del Duero, este vino entra en la categoría “Joven”, que son vinos que no tienen paso por madera o que tienen un paso inferior a 12 meses.
PublicidadPero más allá de lo técnico, este ejemplar de la bodega nos cuenta muchas cosas en copa. Se muestra de color rubí con destellos violetas, un color que refleja su juventud. Antes siquiera de llegar a la nariz ya nos sorprende con su bouquet, puesto que tiene una alta intensidad aromática, con notas a frutas rojas y negras como moras, y algunos toques terciarios como café, chocolate y vainilla.
Con estos aromas promete sorprender en boca y cumple con su promesa. Es carnoso, con la fruta muy presente y de taninos bastante equilibrados. Es un vino de cuerpo y estructura como para hacer frente a carnes, pero, sobre todo, lo recomendamos maridar con guisos con carnes y preparaciones elaboradas y condimentadas, evitando los picantes. También puede acompañar muy bien algunos quesos duros y por qué no, algunas pastas rellenas de carne.
PublicidadLuego de degustar esta propuesta de la bodega, subimos un poco más en intensidad y probamos el Pagos de Quintana Ribera del Duero Crianza, es decir, un vino también 100% Tempranillo pero que ya tiene un mínimo de 12 meses de guarda en roble. Esto hace que sea un vino más complejo, con taninos más redondos y aromas terciarios más marcados.
En copa nos encontramos con un color rubí muy intenso y brillante. Al llevarlo a la nariz, nuevamente una intensidad aromática alta nos sorprende, pero esta vez, con aromas a frutas rojas y negras maduras, combinadas con notas a pimienta, vainilla, algo de regaliz y chocolate. En boca, es voluminoso, de gran cuerpo sin perder suavidad, con interesante acidez. Se sienten las frutas negras y su paso deja una estela que perdura. Es un vino ideal para un asado, para acompañar carnes rojas y carnes de caza, con más tenor graso.
Ambas propuestas de Pagos de Quintana son excelentes, con marcada tipicidad del estilo de vinos de la DO. No obstante, la variación en el tiempo de guarda hace que se diferencien en cuanto a aromas, uno tiene aromas a fruta más fresca, el otro, a fruta más madura; también en boca y en la textura del vino, mucho más redonda en el caso del Crianza.
Nuestra recomendación final: ambos, porque cada vino se disfruta en diferentes ocasiones, se marida con diferentes platos y se adapta a diferentes gustos personales. Pero ambos se beberán con mucho placer. Eso, seguro.