Por Alejandro Sciscioli y Daniel Fassardi

Cada último jueves de mayo, los amantes del vino alrededor del mundo alzan sus copas para rendir homenaje a una de las cepas blancas más icónicas: la Chardonnay. Versátil, expresiva y con una capacidad camaleónica para adaptarse a diversos terroirs, esta variedad ha conquistado los paladares globales, siendo protagonista tanto de vinos tranquilos como de los espumosos más prestigiosos.

Hablar de Chardonnay es remontarse a la legendaria Borgoña, Francia, donde esta cepa encontró su cuna en los suelos calcáreos de regiones como Chablis, Côte de Beaune y Mâconnais. Su nombre proviene del pueblo homónimo ubicado en el departamento de Saona y Loira, y aunque existen múltiples teorías sobre sus ancestros, los estudios genéticos confirmaron que es hija de la Pinot Noir y la Gouais Blanc. En Borgoña, los Chardonnay pueden expresar desde la mineralidad cortante y la acidez vibrante de Chablis hasta la untuosidad y complejidad de los grandes blancos de Meursault y Montrachet.

PublicidadUN PASAPORTE SIN FRONTERAS. Si bien su origen es francés, hoy la Chardonnay se cultiva con éxito en prácticamente todos los rincones del mundo vitivinícola. En California, EEUU, particularmente en Napa y Sonoma, exhibe un perfil más maduro, con notas de frutas tropicales y una marcada presencia de la crianza en roble. En Australia, la región de Margaret River ha logrado un equilibrio entre frescura y estructura, mientras que en Nueva Zelanda la Chardonnay de Hawke’s Bay y Marlborough se distingue por su elegancia y acidez refrescante. En Sudamérica, Argentina y Chile han demostrado su potencial, con versiones de altura en el Valle de Uco y el Valle de Casablanca, respectivamente. Incluso en Sudáfrica y Canadá, la cepa muestra una versatilidad sorprendente.

A diferencia de otras variedades más temperamentales, la Chardonnay es relativamente fácil de cultivar. Se adapta a distintos climas, desde fríos hasta cálidos, aunque su perfil sensorial varía en función del terroir. 

En climas fríos, los vinos tienden a ser más ácidos y minerales, mientras que en zonas más cálidas desarrollan notas más maduras y voluptuosas. Además, es una cepa altamente receptiva a la vinificación, lo que permite que el enólogo decida el estilo final, ya sea mediante fermentación en acero inoxidable para mantener su frescura o con crianza en barricas de roble para aportar estructura y complejidad.

PublicidadEL PERFIL SENSORIAL DE UNA DIVA (Y SUS ARMONIZACIONES). Si algo distingue a la Chardonnay es su capacidad de ofrecer una amplia paleta aromática. En sus versiones más frescas y sin madera, predominan los aromas cítricos, a manzana verde y a peras. Con crianza en barrica, emergen notas de vainilla, mantequilla, avellanas y brioche, aportando un perfil más opulento y seductor. 

Sin importar su estilo, la Chardonnay sigue siendo la gran embajadora de los vinos blancos del mundo.

En cuanto a las armonizaciones con comidas, las posibilidades son muy amplias. Las versiones de Chardonnay más jóvenes, sin paso por roble, se presentan como ideales para armonizar pescados de mar y de río, mariscos, sushi, ceviche, ensaladas, pizza, comidas picantes, quesos (idealmente los más cremosos y blandos) y así un largo etcétera. 

Cuando en la copa tenemos una opción ya con guarda en roble, lo que dará un vino más estructurado y complejo, se puede pensar en carnes blancas (el cerdo va muy bien), embutidos, pastas con salsas cremosas, quesos en general (un poco más estacionados) y mucho más.

En el mercado hay muchos y muy buenos Chardonnay, y a continuación compartimos los datos de algunas etiquetas disponibles.

PublicidadERRAZURIZ ACONCAGUA COSTA. Este es uno de los vinos de especialidades desarrollados por Viña Errázuriz en el Valle de Aconcagua, buscando la mejor y más pura expresión de cada variedad, en este caso apelando a viñedos que se encuentran a sólo 12 km del Océano Pacífico. Tras el prensado, el mosto fue fermentado con levaduras nativas en barricas usadas de roble francés, y posteriormente el 45% del vino realizó fermentación maloláctica. Luego, tuvo una guarda durante 11 meses en barricas usadas de roble francés y 10% en fudres. Obsequia expresivos aromas de cítricos, piña y manzana verde, más algunas notas a frutos secos. En boca domina un perfil cítrico que recuerda a pomelo, acompañado de notas a frutas tropicales y repostería. Es muy fresco, de cuerpo medio y largo final. 

EDDA. Italia destaca por elaborar excelentes vinos con variedades autóctonas. Pero también hace cosas excelentes con cepas internacionales, como en este caso. Edda es elaborado por la bodega San Marzano en la Puglia, al sur del país. Deleita por su complejidad en nariz, donde se aprecian notas a miel, durazno maduro, banana, más vainilla y frutos secos, debido a una prolongada guarda en roble. En boca destaca por su fresca acidez, un cuerpo alto (con mucha percepción de grasitud) y un muy largo y agradable final. ¡Delicioso, y muy gastronómico!

ESCORIHUELA GASCÓN PEQUEÑAS PRODUCCIONES. Escorihuela Gascón, aún siendo una de las bodegas más tradicionales de Mendoza, siempre logra la manera de sorprender a sus consumidores y este Chardonnay no es la excepción. Elaborado con uvas de Tupungato, Valle de Uco, el 50% del vino descansa en barricas de roble francés durante 12 meses. Destaca por poseer una nariz fragante, que va desnudando de a poco sus notas a duraznos, manzanas, piñas y cítricos, además de aromas tostados y a vainilla provenientes de la guarda. En boca es graso, aunque fresco, su acidez equilibrada y su final persistente.

MARIMAR ESTATE. La casa de vinos se encuentra ubicada en el condado de Sonoma, Russian River Valley, California, sitio ideal por su microclima perfecto para el cultivo de Chardonnay y Pinot Noir. A sólo 16 km del Océano Pacífico y 80 km al norte de San Francisco, el sitio está influenciado por las brisas marinas. Es por ello que Marimar Torres eligió esta ubicación privilegiada para continuar con el legado de vinos que Familia Torres, casa catalana de vinos, desarrolla desde 1870. Este vino fermenta en barricas de roble y, posteriormente, tiene una crianza de 9 meses en los mismos recipientes. Un lujo.

LEYENDAS DE FAMILIA RESERVA. Volvemos a Chile para degustar este dorado Chardonnay que muestra en nariz y en boca toda la tipicidad de la cepa en el nuevo mundo: bananas, miel, manzana y hasta unos toques de guayaba. En boca no pasa desapercibido, es intenso en sabor, con acidez equilibrada y un final que nos deja con ganas de más. Proviene del Valle del Maule y es ideal para unas pastas con salsas blancas. Un vino muy peligroso, porque una botella invita a la otra.

PublicidadDOMAINE WILLIAM FEVRE CHABLIS AOC. No podemos hablar de Chardonnay si no incluimos un ejemplar de Borgoña, la región del mundo que es gran referente de esta cepa. Se trata de un vino 100% Chardonnay, de la denominación Chablis, zona de suelos ideales para el cultivo de esta variedad, que producen vinos de alta mineralidad. De color amarillo pálido, en nariz destacan sus notas a cítricos y a frutas como la guayaba, mientras que en boca es intenso en sabor, con acidez alta (característica destacada de los Chablis) y elegante y un largo y delicioso final. Para maridarlo con mariscos, pescados y salsas con hierbas.

TRAPICHE MEDALLA. Trapiche, una de las bodegas más antiguas y tradicionales de Argentina, tiene en su línea Medalla a una serie de vinos altísima relación precio - calidad. Es elaborado íntegramente con esta variedad blanca a partir de uvas cultivadas en la zona mendocina de Los Árboles, Tunuyán, Valle de Uco, y cuenta con 9 meses de crianza en barricas francesas de roble. Es un vino de buena intensidad aromática, con notas a piña, durazno, un toque de miel y sutiles dejos terciarios (vainilla y un puntito ahumado). En boca es seco, de muy fresca acidez, cuerpo alto, con características de sabor que remiten a lo percibido en nariz (más un leve punto cítrico) y un final largo y muy agradable. Invita a otra copa, y luego a otra más.

ANGÉLICA ZAPATA. No puede faltar un ejemplar de Catena Wines, menos aún cuando hablamos de Chardonnay. Este single vineyard es la expresión de su terruño, que descansa a los pies del Cordón del Plata, en Mendoza. Su color es amarillo con destellos verdes, mientras que en nariz es delicado, con aromas a cítricos, miel y tostados, aromas aportados por los 14 meses de guarda en barricas de roble francés. En boca es untuoso y fresco, con sabores a fruta madura y toques suaves de vainilla. La acidez es vibrante y el final, persistente. Tremendo.

RUINART BLANC DE BLANCS. Celebrar la Chardonnay es celebrar también el Champagne y qué mejor forma de hacerlo que con este excelente ejemplar de la región francesa. Se trata de un ensamblaje de varias añadas de uvas Chardonnay de la Côte des Blancs y Montagne de Reims. De color dorado, entrega una nariz cargada de aromas a levaduras, masa de pan y tostados, además de cítricos y notas florales. En boca las notas a levadura se repiten junto a unas burbujas finas que persisten y una acidez sumamente elegante.

CLARA BENEGAS. Ligero sin llegar a ser austero, este Chardonnay de Benegas es un gran compañero para llevar todo el verano. Es un 100% Chardonnay elaborado con uvas de la ya prestigiosa región de Gualtallary, Valle de Uco. No tiene paso por barrica pero sí una crianza sobre lías de 3 meses. Es joven, fresco, con notas aromáticas frutales y florales. De sabor intenso, ideal para acompañar ensaladas verdes y pescados. Y también para tener bien fresquito al lado de la pileta los días de mucho calor.