Por Rubén Darío Lugo
Si bien nuestros informes se direccionan, generalmente, hacia las novedades del sector en cuanto a marcas, gustos o anécdotas estimulantes, producto de maridajes, catas o visitas a bodegas y viñedos, no descuidamos por ello el entorno que envuelve a este apasionante placer por el vino, y es por eso que también debemos hacer referencia a una realidad que viene golpeando a la comercialización legal de los productos ingresados al país.
Desde hace un tiempo, la importación de bebidas alcohólicas, entre ellas el vino, está signada por un fenómeno que distorsiona el mercado: las cifras oficiales del Banco Central del Paraguay -especialmente en lo que se refiere a nuestro producto de interés- brindan una seguidilla de reducciones en los porcentajes de ingreso monetario por importación respecto del año pasado; sin embargo, la realidad parece ser otra.
Por ejemplo, en lo que se refiere a importación de vinos, se registró en enero de 2014 casi un 17% menos de divisas respecto de mismo mes del año pasado; en febrero los guarismos llegaron a 1,7% menos y en marzo la cifra llegó al 12% de signo negativo respecto de mismo periodo de hace un año.
Lo que sucede en el mercado es que no precisamente se está consumiendo menos vino en el país, sino que el flagelo del contrabando está calando fuerte hacia quienes lo importan de manera legal.
Apelamos a Carlos Ramírez Seppe, director de Casa Módiga, para explicar el fenómeno. Nos cuenta que los guarismos expuestos van de contramano con lo que pasa a nivel de consumo, tanto en volumen como en calidad. “Y la caída se da marcadamente en los vinos de Argentina, por el ingreso de contrabando y un poco menos en la importación de vinos de extrazona (Europa, etc.) por la crisis de ventas en la frontera con Brasil”, sostiene.
Habla de una situación preocupante por lo que sigue pasando en Argentina, ya que el peso está devaluado y así hay más adquisición de vinos (incluso hasta los de alta gama) en ciudades como Clorinda o Posadas; y por el poco resultado que está obteniendo la lucha contra el flagelo.
El ingreso ilegal -agrega el ejecutivo- es casi el único factor que influye para tener menores índices oficiales de ingreso, pero no de consumo a nivel de los interesados en este producto. A su criterio, afecta no solo a la venta en el mercado paraguayo, sino también en el brasileño, que tradicionalmente compraba de Ciudad del Este, y hoy lo hace de Puerto Yguazú.
No obstante, relata que el segmento de vinos Premium sigue creciendo en cuanto a consumo, pero la importación decayó muchísimo también por el contrabando, ya que el público al que está orientado este tipo de vino tiene todas las facilidades para ir a comprar sus vinos a las localidades citadas, incluso a Resistencia, a precios mucho más bajos que lo que se ofrece en la plaza local con importadores legales.
IMPACTO. Recientemente, se difundió un informe de Euromonitor Internacional, que se refiere a un análisis de la dinámica e impacto del mercado ilegal de bebidas alcohólicas en Paraguay.
El estudio menciona que el vino es la segunda bebida alcohólica con mayor representación en cuando a actividad ilegal en términos de volumen, porque llega al 16% del total de alcohol ilegal (la cerveza ocupa el 81% y la sidra 3%). Para el producto del procesamiento de la uva la cantidad representó casi 6,5 millones de litros en 2012, según el documento.
En términos relativos, vino y sidra son más golpeados que la cerveza con 20% de ilegalidad cada uno del mercado total, versus 10% para cerveza.
Y esto, obviamente, acarrea como consecuencia un impacto negativo en el mercado, ya que el fisco deja de percibir ingresos para los gastos de infraestructura y proyectos sociales, además de haber competencia desleal que causa pérdida de facturación a las empresas legales, cuyas marcas son ingresadas de contrabando.
Se produce también un trade-down, o reducción de la calidad de un producto para satisfacer el precio de venta exigido por los clientes; además del deterioro de la imagen de una marca al vender productos Premium a valores mainstream o económicos a través del contrabando.
Por el bien de la industria y de la adquisición legal, es necesario tomar conciencia del perjuicio experimentado por muchas empresas importadoras, que siempre nos acompañan en la difusión de las novedades en torno a este noble producto.
Cuando el sabor del vino se torna amargo
En la medida que el consumo del fruto de la vid va creciendo en el país, de igual modo se incrementa el contrabando de etiquetas, apuntalado por la devaluación del peso en Argentina.
Abril 13, 2014