Por Alejandro Sciscioli (*)

Es increíble la rapidez con que ha transcurrido este 2011. Un recuerdo que tengo de la infancia es que mis abuelos siempre se quejaban de lo mismo: cuanto más grandes somos, al parecer, la percepción del tiempo cambia irremediablemente. Entonces, una vez más, hemos entrado a diciembre, ese mes en cual todos participamos, lo queramos o no, de una frenética carrera que incluye reuniones con amigos, compras, desesperada búsqueda de recursos para pagar aguinaldos (los patrones) e impaciencia absoluta por cobrar ese derecho lo antes posible (los empleados). Pero también sacamos tiempo de donde no hay y hacemos planes para definir dónde vacacionamos y con quiénes pasaremos las fiestas de fin de año.
Aunque, claro, también este mes tiene su encanto, ya que es momento ideal para descorchar blancos, rosados y espumantes. En este espacio ya fueron presentados varias buenas etiquetas que integran los primeros dos grupos, pero de los burbujeantes vinos que tanto encantan a las damas, todavía no escribí ni una línea. Esa injusticia será reparada hoy, pues hablaré de un Cava que tiene una gran tradición en el mercado local y, desde hace mucho, engalana las mesas paraguayas. Señoras y señores, con ustedes Freixenet Carta Nevada.

EN ESPAÑA, CAVA. Antes de comentar las particularidades de este vino, conviene explicar brevemente qué es un Cava. Lisa y llanamente es un Champagne que no puede llamarse de ese modo porque, al ser una denominación de origen protegida, solamente tienen el derecho de llevar ese nombre los vinos espumantes producidos en la región homónima francesa, que se encuentra ubicada a unos 150 kilómetros al este de París.
De todos modos, los Cava ibéricos se elaboran del mismo modo que en Francia, con el método tradicional, conocido como Champenoise. Esto significa que la segunda fermentación para lograr las apreciadas burbujas se realiza directamente en la botella.
Pero además de la geografía, los Cava se diferencian de sus primos galos por las uvas con que son realizados. Mientras que en Francia se utilizan mayormente las uvas uvas Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay, en España se utilizan mucho las variedades Macabeo, Xarel•lo, Parellada, Trepat y Garnacha, entre otras. Y justamente este Carta Nevada lleva en su ADN, en partes iguales, las tres primeras cepas mencionadas.
Un tema importante con los espumantes es su “apellido”. A todos se les agrega un líquido de expedición, que puede ser endulzante, licor o Brandy, y el Demi Sec, puntualmente, debe tener entre 15 a 40 gramos de azúcar por litro, lo que explica su típico dulzor.

CARTA NEVADA. No recuerdo la primera vez que probé el Carta Nevada, el Demi Sec de Freixenet. Pero sí presté mucha atención a lo que degusté hace unos pocos días, en un encuentro empresarial donde se sirvió este caro amigo. En la copa encontré un espumante con burbujas medias a finas, formando una buena corona. Su color es amarillo pajizo, limpio y brillante, en nariz presenta muy agradables notas florales, mientras que en boca resulta agradablemente ácido y, como corresponde a todo Demi Sec, presenta un rico dulzor que de ningún modo no llega a ser chocante. Imagino a este Cava como el protagonista de un aperitivo, como compañero de postres no muy dulces o como el sutil argumento que te ayudará a dar un paso firme para enamorar a tu chica.

Artículo publicado en la página 36 del diario Última Hora de Asunción el día 03/12/11.