Por Rubén Ibáñez

Seguramente la veías así por elGourmet.com: con una sonrisa que convence, que agrada y que a la vez expresa mucho. Cualidades como esas transmiten bastante  de la calidad de una persona y, desde luego, juega a favor en el éxito de la comunicación. Ella es Marina Beltrame, la primera maestra argentina de sommeliers. Ella asegura que el rol de esta profesión pasa mucho por comunicar algo, y que las mujeres saben bastante de esa materia.
Gracias a las bondades de la comunicación digital, logramos conversar con la talentosa profesional, que se mueve a pasos seguros dentro del ámbito de la docencia y con bastante éxito dentro del apasionante mundo de los vinos.
Así nos enteramos de que la bella Marina se formó en Europa, específicamente en París, debido a que, cuando se inició en esta área, no existía una preparación profesional en este ámbito en la Argentina.
Su pasión por los vinos y su visón de futuro la llevaron a crear la primera escuela para sommeliers en el vecino país. “Al principio la gente sentía mucha curiosidad porque era algo totalmente nuevo, pero luego se vino el entusiasmo de marcar tendencia”, dijo. Este interés desde luego venía empujado por la creciente producción de vinos, ocasionando la necesidad de contar con personas idóneas que respondan a los requerimientos del mercado y de los consumidores.

MÁS DE DIEZ AÑOS. La Escuela Argentina de Sommeliers funciona desde 1999 y ya cuenta con 11 promociones de egresados. Marina Beltrame  ejerce la docencia full time y es la encargada principal de la dirección de la institución. Sostiene que es fundamental el apoyo de todo el staff para sacar adelante la tarea de la formación de profesionales.
El mercado es cada vez más exigente, reflexiona, y la preparación requiere del desarrollo de distintas aptitudes para enfrentar el competitivo escenario de esta bebida que cada vez cuenta con más adeptos en todo el mundo.

- ¿El hecho de que la EAS sea la primera representa más peso en la responsabilidad en cuanto a la formación de los aspirantes?
- Sí, definitivamente. Porque el ser pionero no alcanza, hay que mantener el liderazgo con gran respeto, y es lo que se merecen quienes han elegido la EAS.
 
- ¿Ser mujer y ser pionera en el mundo de los vinos te representó algún obstáculo?
- No, al contrario. Pienso que se abrieron muchas puertas porque en gran parte el rol del sommelier es la comunicación y las mujeres podemos desenvolvernos muy bien. Además yo elegí la docencia.

- Hay críticas de que algunas escuelas nacen con el mero fin comercial y no se ocupan de la formación integral de los aspirantes ¿Qué opinás?
- Una empresa debe sostenerse y no es fácil en un país donde las reglas cambian permanentemente. De todos modos, cuando el primer objetivo es ser profesional y se apunta a la excelencia, es muy difícil que nos tuerzan el brazo. En la EAS, con errores (muchos seguramente) y aciertos (otros tantos), pudimos ganarnos la confianza y el apoyo no solo de alumnos y graduados, sino del sector vitivinícola.

- Hemos leído que las mujeres tienen ventajas fisiológicas con respecto a los hombres por la sensibilidad de sus sentidos para desenvolverse como Sommelier ¿Es así?
- No estoy tan segura, yo creo que con entrenamiento y constancia llegamos todos.

LA ESCUELA. La EAS tiene sedes en Bogotá, Colombia; San José, Costa Rica; y en Panamá, como franquicias. Mientras que en Punta del Este se evalúan y se certifican títulos.
La escuela cuenta con 130 alumnos entre primero y segundo año en Buenos Aires. En Mendoza cuenta con alrededor de 60 estudiantes. En las sedes internacionales hay un promedio de 14 aspirantes por año.
Paraguay es un importante mercado del vino argentino y, como ya señalamos en numerosas oportunidades, cada vez más paraguayos consumen esta bebida. Entonces le preguntamos a Marina cuáles serían los requisitos para que nuestro país cuente con una sede de la EAS. La maestra no descartó tal posibilidad y señaló que es interesante ampliarse horizontes y crecer, pero que tal paso dependería de contar con un socio estratégico que conozca del movimiento del mercado local.

LO BÁSICO. Marina dijo que es importante manejar la terminología básica, y que ayuda mucho  hacer un curso introductorio para conocer entre otras cosas las bases de la cata. Estos conocimientos, sin duda, sirven para que podamos disfrutar más de nuestro vino preferido.

- ¿Cómo ves a las etiquetas argentinas a nivel mundial?
- Las botellas argentinas están muy bien paradas en la preferencia de la gente y siempre son muy bienvenidas a la hora de compartir con los amigos o para acompañar una rica comida. 
 
- Algunas cepas de tu preferencia o de cabecera, y por qué.
- En cepas blancas, el Sauvignon Blanc, porque me gustan los vinos con acidez marcada. Y entre los tintos el Malbec, porque es muy amable para beber.

- ¿Cómo surgió tu interés por el mundo del vino?
- Desde el servicio en restaurant. A partir de allí  busqué una alternativa laboral.

MÁS SOBRE MARINA. Es Sommelier Internacional recibida en la Ecole de Métiers de la Table (Paris, Francia) y Técnico Superior en Administración Hotelera (Ateneo de Estudios Terciarios).
En Paraguay la  conocemos por su participación en el canal ElGourmet.com donde logró un espacio más que merecido.
Comenzó con Notas de Cata en 2006. “Fue un trabajo muy importante porque nunca había hecho televisión. La propuesta incluía entrevistas en las zonas vitivinícolas y fue muy demandante”, señaló Marina.
En cuanto a medios escritos publica para una columna dominical en La Nación Revista, de Buenos Aires, y también cuenta con un espacio en el diario Clarín.