Por Luis Fioretti

Conocimos un par de emprendedoras uruguayas llegadas al país con una propuesta interesante. Ellas son Carolina Sgarbi y Bettina González, directoras de “La Sacristía”, multifacética compañía uruguaya dedicada al vino.

En su quehacer cotidiano, La Sacristía selecciona los mejores vinos de procedencia charrúa para su público. Nos referimos a bodegas locales de estilo boutique.

A su vez, decía multifacética porque trabaja diversas aristas: por un lado, el e-comerce a través de su página web www.lasacristia.com.uy en la cual suben ofertas de vinos selectos por las mismas directoras, que siempre acompañan su tarea agregando sorteos enfocados al ámbito cultural uruguayo, como entradas para ciertas películas, conciertos, etc.

Otra de sus ramas es colaborar con clientes corporativos. Para ello La Sacristía selecciona el mejor y más adecuado vino pensado en un evento específico indicado por el cliente. Así, la corporación, empresa o institución que busca su servicio, puede estar segura de regalar a personas selectas un vino especial y exclusivo para la ocasión, fuere aniversario, premiación, fiestas findeañeras, etc.  

Por último, la rama que trajo a Paraguay a las referentes de La Sacristía: el comercio exterior. Este enfoque difiere de los anteriores sustancialmente, porque el acento va puesto en la proyección internacional del vino uruguayo de un modo único.

No se trata colocar a las bodegas uruguayas en el extranjero, sino de un paso aún más osado: aquí, La Sacristía encara elaborar vinos propios, cuyas etiquetas reflejen al vino de su país. De este modo animan una línea de vinos de calidad preferencial pensada exclusivamente para el comercio exterior, cuyo nombre es Orejano.

EL TERROIR. Se trata de un vino que en palabras de las directoras de La Sacristía, refleja la identidad de todo el gran terroir uruguayo. Enfocado en la cepa insignia del país, el Tannat, su mosto proviene de una selección de uvas dentro de toda la extensión del país. Siempre hablando de las mejores bodegas nacionales dedicadas a elaborar vinos finos.

Estos mostos dan vinos únicos destinados a partidas limitadas, cada cual con añadas, crianzas, regiones que la diferencian. Para lograrlo, La Sacristía trabaja con propia planta de elaboración, ubicada en Canelones, sin desdeñar en insumos de primera calidad.

Orejano es el nombre del caballo criollo uruguayo que no ha sido criado en ningún lado del Uruguay, simplemente ha ido creciendo con los siglos desde la colonia española. De modo análogo, los vinos de La Sacristía reflejan esa identidad de ser de todo un país.

Sus líneas giran en torno al Tannat, siempre en forma de Blends. Tuvimos oportunidad para degustar en Paraguay el Orejano Tannat Tannat 2011 y el Tannat Caladoc 2008

¿CÓMO NACE LA SACRISTÍA? La empresa es joven, pues inicia sus actividades en agosto de 2013. Pero sus directoras llevan años conectadas al quehacer del vino.

Carolina pasó de ser empleada bancaria a dirigir uno de los más exclusivos clubes de vino en Uruguay, el “Cava Privada”. Bettina, si bien su actividad principal giró siempre en la gestión de empresas, recuerda que descubrió el vino en su época universitaria. Con los años tuvo por pasatiempo escribir en una revista de tendencias, y entre sus artículos, uno la llevó al club dirigido por Carolina. Naturalmente surgió la amistad, y luego la idea que desembocó en La Sacristía.

Y ahora, si la gestión de las ejecutivas prospera en tierra guaraní y encuentran importador, esperemos que pronto podamos adquirir y disfrutar localmente todo lo que los vinos Orejano tienen para dar.