Por Alejandro Sciscioli

Hace muy poquito, en este portal publicamos una información sobre una serie de catas verticales que se están realizando en diversas partes del mundo con la etiqueta Don Maximiano Founder’s Reserve, ícono de Viña Errázuriz, como figura estelar.

Aprovechando que tal actividad se ha desarrollado en diversos puntos del globo, se nos presentó entonces la brillante oportunidad de publicar una crónica que hace rato está esperando su lugar en la cola de apariciones. Me refiero al encuentro El Secreto del Vino, segunda edición, que se desarrolló el pasado 4 de julio en el centro de eventos Talleyrand Costanera, adonde tuvimos la oportunidad de replicar en parte un evento que ya se vivió en Tokio, Seúl, Shanghái, Hong Kong, San Pablo y Río de Janeiro.

Así es, en Asunción también tuvimos el placer de disfrutar de una cata vertical de Don Maximiano. La única diferencia fue que hubo aquí menos etiquetas puestas a consideración del público. De ese modo, los asistentes locales pudimos disfrutar comparando la evolución que tuvo a través del tiempo, degustando las añadas 1984, 1994, 2000 y 2009.

JUEGOS. Este año, en El Secreto del Vino hubo una serie de desafíos lúdicos que aguardaban a quienes iban ingresando al gran salón. También había abundante comida esperando a los participantes.

Y luego, sí, fuimos invitados todos los asistentes (cerca de 200 personas) a sentarnos a las maplias mesas para que nos guíe en la aventura vinífera el muy buen profesional Raymundo Ferraris, director del Área de Vinos, Bebidas y Servicio Sommelierie del Colegio Gato Dumas de Buenos Aires.

Don Maximiano Founder’s Reserve 1984. En este vino, compuesto íntegramente de Cabernet Sauvignon, se nota a simple vista la evolución y su edad, debido al color teja que posee. En nariz afloran notas a uvas y ciruelas pasas y un suavísimo toque a cereza. En boca sorprende porque, a pesar de sus años, mantiene una buena acidez, así como también presencia de taninos firmes. No fue este uno de mis favoritos de la noche, sin embargo una gran parte de la concurrencia se enamoró de esta cosecha, tanto que al finalizar el encuentro, al realizarse una subasta benéfica, por un ejemplar de esta etiqueta se pagó más de mil dólares. Aunque el sommelier Oliver Gayet, también presente, comentó que bien podría valer esta botella cuatro veces más.

Don Maximiano Founder’s Reserve 1994. También compuesto en un 100% de Cabernet Sauvignon, presenta colores teja, producto de su edad, aunque menos marcados que el vino anterior. En nariz enamora por sus notas a fruta en compota (uva y ciruela), regaliz, frutos secos. En boca demuestra por qué es un gran vino: con taninos presentes, redondo, de muy buen cuerpo y un muy largo, persistente y placentero final; en retronasal surgen notas especiadas, picantes y mentoladas. Esta añada fue mi favorita y la de muchos de los presentes.

Don Maximiano Founder’s Reserve 2000. De color rojo rubí profundo, este vino 100% Cabernet Sauvignon presenta en nariz fruta en compota (ciruela), regaliz, pimiento rojo y café, más un suave dejo a menta y aceitunas. Su boca es excelente: posee taninos presentes, es redondo, sedoso, de muy buen cuerpo y un muy largo final; en retronasal se aprecian deliciosas notas a vainilla y chocolate.

Don Maximiano Founder’s Reserve 2009. Se trata de un assemblage compuesto de Cabernet Sauvignon (80%), Carmenere (10%), Petit Verdot (5%) y Cabernet Franc (5%). Su color es de un vivo rojo rubí profundo y brillante, con ribetes violáceos. En nariz aparecen notas a fruta negra (moras), más un delicado toque anisado y sutiles dejos ahumados. Al entrar en boca inmediatamente aparecen notas algo dulzonas, con muy buena acidez y mucho carácter. Sin dudas, un vino brioso al que conviene esperar unos años más. Claro, ello si la ansiedad por el descorche no hace insoportable.

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Para leer el artículo con la crónica de la edición 2012 de El Secreto del Vino, clic acá.