Por Alejandro Sciscioli

Recientemente, en dos entregas previas me tocó reportar lo que fue el inicio y la continuación de un increíble viaje a Mendoza, la maravillosa tierra del sol y el vino, patrocinado por la importadora local Frutos de los Andes.

La idea de los directivos de Frutos era que un grupo de minoristas de Paraguay, más este periodista, podamos conocer bien de cerca a las marcas argentinas que representan y distribuyen en el país. Y qué mejor idea que visitar las bodegas y degustar sus vinos in situ, para lograr que esa percepción quede bien clara.

Así, tras visitar Bodega Benegas, Altos Las Hormigas, Tikal Natural, Catena Zapata y Bodega Aleanna, el gran final estuvo a cargo de Escorihuela Gascón, que nos brindó una jornada única e inolvidable.

La Bodega Escorihuela Gascón es una de las más tradicionales de Argentina. Sin embargo, a pesar de que fue fundada en el año 1884, hoy mantiene una increíble vigencia. Y para conocer más sobre esta casa de vinos, Celeste y Renzo, ambos altos ejecutivos del área Comercial, nos acompañaron literalmente durante todo el día, que inició en una bodega en Agrelo, prosiguió con un almuerzo en una zona paradisíaca y culminó en la histórica bodega de Godoy Cruz, con una cena a toda orquesta en 1884 Restaurante de Francis Mallman.



En Agrelo, donde también funciona un campo de polo, conocimos de cerca la filosofía enológica de Escorihuela Gascón y, para deleite de todos, probamos vinos de tanques y de barricas.

De los tanques se sacó un Malbec de Las Compuertas 2016, que luego irá al Miguel Escorihuela Gascón; el ya terminado MEG 2016, Don Miguel Gascón (para el mercado de EEUU) y un vino biodinámico de la zona de El Cepillo, Valle de Uco. Y luego, de barricas probamos Pequeñas Producciones Cabernet Sauvignon 2017 y Pequeñas Producciones Pinot Noir. Finalmente, de un fudre, probamos un Cabernet Franc 2017.

Increíblemente, entre catas y explicaciones, la mañana pasó volando. Por ello subimos al bus para ir a almorzar a un sitio donde saciamos el hambre y llenamos el espíritu a fuerza de increíbles paisajes.

El almuerzo transcurrió en el muy bello Gran Hotel Potrerillos, enclavado a la vera del lago que genera el dique Potrerillos, donde degustamos los excelentes Escorihuela Gascón Viognier 2016, Pequeñas Producciones Cabernet Sauvignon 2013, Miguel Escorihuela Gascón 2015 y DON Malbec 2015.



Costó despegarnos de los asientos para emprender el retorno, ya que la situación era en verdad propicia para una larga sobremesa teniendo en cuenta la mágica conjunción de grandes vinos, excelentes personas, rica comida y un entorno geográfico maravilloso.

Pero valió la pena retornar al hotel para descansar, ducharnos, cambiarnos y volver a juntar fuerzas, ya que nuestros anfitriones de Escorihuela Gascón demostraron que todo lo bueno, puede mejorar.

Conocer por dentro la centenaria bodega (que fue reconstruida casi por completo luego de un incendio que ocurrió en la década del 2000) fue casi mágico. Y más todavía porque el recorrido fue brindado por el propio enólogo jefe de la bodega, Gustavo Marín, un personaje muy afable y con una enorme experiencia.

Antes de cenar, tuvimos el placer de experimentar una cata de espumosos, muy elegantes y bien logrados, todos elaborados mediante el método tradicional: Escorihuela Gascón Extra Brut, Pequeñas Producciones Rosé Extra Brut y Miguel Escorihuela Gascón Brut NatureY luego, sí, pasamos al restaurante 1884, que funciona adentro de la bodega.



MARAVILLOSA REVANCHA. Era la despedida. Última noche en Mendoza, cena final. Momento propicio para comer en uno de los restaurantes más famosos de Argentina.

En este punto quisiera detenerme un momento. En 2016 publiqué un artículo en este portal que en realidad era una amarga queja sobre lo mal que nos había ido a un grupo de wine lovers, precisamente en este mismo local gastronómico. Clic acá para acceder al texto. No obstante, esta experiencia fue la otra cara de la moneda, ya que absolutamente todo estuvo PERFECTO. ¡Bravo por la impresionante mejoría!

Nos ubicamos en el salón privado, donde se ordenó una serie de entradas para compartir y cada comensal eligió su plato principal. Y por supuesto que la cena estuvo acompañada con vinos a la altura, etiquetas que ya habíamos probado, pero de añadas más antiguas. Así, a las copas llegaron Miguel Escorihuela Gascón Pequeñas Producciones Chardonnay 2014, Escorihuela Gascón Gran Reserva Malbec 2014, Miguel Escorihuela Gascón Pequeñas Producciones Syrah 2005 y Miguel Escorihuela Gascón Pequeñas Producciones Cabernet Sauvignon 2006. Simplemente diré que la experiencia fue superlativa. 



Al día siguiente, con todo el dolor del alma, tuvimos que despedirnos. Y como cada vez que me toca visitar alguna región vitivinícola, el momento del retorno resulta casi dramático. 

Eso sí, puedo asegurar que, en todo orden, las vivencias fueron excelentes: desde la gente que me tocó conocer hasta los vinos que pude catar, pasando por las delicias que llegaron a mi paladar. 

Siempre es un placer retornar a Mendoza, una provincia argentina que amo visitar. Por ello, sin ningún tipo de dudas, sé que volveré una y otra y otra vez para seguir disfrutando de una tierra maravillosa.

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