Para quienes buscamos estar enterados de cuanto acontece en el mundo del vino, el hecho de saber que la experta Jancis Robinson escribió un artículo sobre alguna cuestión relacionada con la bebida de nuestra preferencia es causal, como mínimo, de gran curiosidad. Por todos los medios trataremos de leer el material y enterarnos de sus opiniones.
Y no estamos exagerando. Sucede que esta crítica inglesa de vinos y Master Of Wine tiene una hoja de vida que impresiona: escribe sobre vinos desde 1975; ha sido corresponsal del Financial Times desde 1989; hoy, su principal ocupación es su sitio web www.jancisrobinson.com así como también es responsable de muchos de los libros de referencia sobre el vino como; lo más importante: en 1984 calificó como Master of Wine, el primero desde fuera del comercio del vino, y regularmente ha sido jueza y ha participado en conferencias sobre el vino en todo el mundo.
Entonces, explicada la importancia de quien escribe, es un placer compartir la traducción de un artículo que Robinson publicó recientemente en el Financial Times inglés, en el cual destaca con vehemencia la figura de la familia Zuccardi, que con sus maravillosos vinos ha enamorado al mercado de Paraguay.
“Puede parecer injusto resaltar una sola familia para ilustrar la historia reciente del vino argentino, pero hay un ejemplo que salta a la vista, la familia Zuccardi. Su historia incorpora innovación técnica a mediados del siglo 20, el éxito de ventas envidiables en torno al cambio de siglo y, ahora, un posible modelo para el futuro del vino argentino.
La familia de Alberto Zuccardi fue una de las miles que en el siglo 19 emigraron de Italia (Avellino en su caso) a la Argentina. Se establecieron en Tucumán, en el norte de Argentina, y, en su calidad de ingeniero, en 1950 Alberto se sintió atraído por la capital del vino del país: Mendoza. Con el tiempo puso en funcionamiento un nuevo sistema de riego que desarrolló en un intento de aliviar la escasez crónica de agua de la región. El sistema de pérgola de vid que diseñó todavía está en uso y es conocido como Parral Zuccardi. Alberto murió el año pasado y su viuda Emma todavía organiza exposiciones de arte en los dos restaurantes que los Zuccardi han abierto en su finca Santa Julia en Maipú a unos 700 metros de altitud en las llanuras al este de Mendoza, que fueron la fuente tradicional de tanto vino argentino.
La persona detrás de todo esto ha sido el hijo de Alberto, José Alberto, de 61 años de edad, quien, con sus brillantes ojos oscuros y bigote espeso puede parecer un villano de ópera cómica, pero es todo lo contrario a un bufón. Bajo su dirección, y en circunstancias financieras a menudo difíciles, Zuccardi ha crecido hasta convertirse en uno de los exportadores de vino más exitosos de la Argentina.
Hace unos años desarrolló una marca de vino que fue un éxito total en LCBO, el monopolio de licores en Ontario (que presume ser el mayor comprador mundial de bebidas alcohólicas) que vendió más que el vodka Smirnoff. Fuzion es, o por lo menos era, un fenómeno comercial para competir con Yellowtail o Two Buck Chuck en los EE.UU. Comenzó como un jugoso Malbec hecho a medida para el monopolio de Quebec pero despegó tan rápido que en 2010 las ventas llegaron a Ca $ 31 millones.
El mes pasado visité el centro neurálgico de toda esta actividad comercial, la finca de Maipú, por tercera vez y disfrutamos de una cena exclusiva organizada por José para el panel femenino de los jueces de los Argentina Wine Awards. Me presentó con evidente orgullo a su segundo hijo Miguel, que está, sin duda y proféticamente, produciendo algunos de los aceites de oliva más admirados de Argentina, y su hija Julia intentando dormir a su primer nieto varón. Aunque la mayoría de nosotros estábamos por volar a partes muy distantes a la mañana siguiente, él insistió en que cada uno tome una lata gigante de aceite de oliva de lujo. El ethos aquí no podría ser más italiano.
Su hijo mayor que está llevando a cabo todo un futuro diferente para el negocio del vino de Zuccardi fue demorado en el aeropuerto en Buenos Aires, pero regresó a Mendoza justo a tiempo para recibir, en jeans, un Trophy por su revolucionario Aluvional Vista Flores Malbec 2012 en la ceremonia de la noche siguiente.
Con 34 años de edad, Sebastián ha trabajado para la empresa familiar desde 2004 y ha puesto en marcha un movimiento en la Cordillera de los Andes donde el clima es más fresco y donde ahora se cultivan los mejores vinos de Argentina. Los Zuccardi tienen un total de 280 hectáreas en el Valle de Uco de hasta 1.400 metros sobre el nivel del mar en varios sitios. La finca en Altamira se llama Piedra Infinita por las piedras que tuvieron que despejar, llenando más de mil camiones, para dar paso a las vides. Y aún la finca está salpicada de gigantes piedras del tamaño de maletas.
Mientras la brisa de la tarde hacía crujir los álamos que bordean la viña, el sol caía a plomo sobre las vides que maduraron dos semanas antes de lo habitual. El científico de viñedos de Sebastián, Martín Di Stefano, explicó fervientemente que habían cambiado la orientación tradicional de las hileras de norte a sur a 21 grados norte-oeste para proteger la fruta de las quemaduras de sol al mediodía. El especialista en terroir chileno Pedro Parra, ha sido consultor aquí desde 2009 y es evidente por las calicatas realizadas en el viñedo. Sebastián y su consultor, el enólogo toscano Alberto Antonini, han instigado a la alta tecnología de mapeo de suelos de todos los viñedos que han sido atravesados con cintas de color para diferenciar los polígonos de las vides de carácter similar que son todas recogidas y elaboradas por separado.
Pero la inversión real necesaria para materializar la visión de Sebastián en busca de vinos más frescos y ligeros se prodigó en una bodega ambiciosa en la Finca Piedra Infinita. De alguna manera u otra la joven enóloga Laura Principiano y Sebastián lograron vinificar la cosecha de 2014 aquí, a pesar de que el edificio estaba lejos de estar listo y preparado para recibir incluso la cosecha 2015. Esta es la primera bodega de la Argentina en fermentar todos los vinos en concreto en lugar de madera o de acero inoxidable. Es de suponer que en un país devastado por la inflación esto ahorra considerablemente costos de importación y ellos, orgullosos, se jactan de que todos los materiales son locales lo cual debe considerarse en este contexto. Pero Sebastián ha tomado el desafío de reducir al mínimo la huella de roble en sus vinos y maximizar su procedencia. El objetivo es hacer Malbecs de viñedos específicos (la palabra Malbec ni siquiera aparece en la etiqueta de los vinos Aluvional) un fenómeno relativamente nuevo pero creciente en Argentina, para sacar el máximo provecho de los diferentes suelos aluviales que se encuentran. Estos pueden ser menos pronunciados que en Chile, pero siguen siendo considerables.
En un barril rodeado de obreros, he probado sus vinos de altura y están a años luz de lo que ha sido el rico y maderoso Malbec argentino. Yo había tenido un anticipo del estilo en septiembre pasado, cuando Sebastián, Antonini y Parra llegaron a Londres para lucirse.
Debido a que los vinos son tan diferentes, le pregunté cómo habían sido recibidos en Argentina. "No nos importa. No queremos seguir el mercado, que las respuestas las de el mercado", dijo Antonini antes de corregirse a sí mismo, tal vez consciente de que su cliente estaba escuchando. "La respuesta ha sido buena, mucho mejor de lo esperado, a pesar de que todos ellos están acostumbrados a beber vinos Schwarzenegger ', agregó. "Todo el que comenzó con algo nuevo parece un loco al principio. Vamos a hablar de nuevo en 25 años. "Sebastián se mostró más circunspecto agregando: "El mercado es inteligente y si les das algo nuevo, entiende". Él es sin duda uno de los más admirados de la nueva generación de winemakers que están sacudiendo la escena del vino argentino - tal vez un poco más suave que sus contrapartes chilenas pero hay una sensación definida en el aire. Sebastián, por ejemplo, está incluso haciendo con Francisco Bugallo, un vino natural en San Juan de la otrora denostada-Criolla Chica, la misma variedad de uva como la humilde País que está haciendo una reaparición sobre los Andes.
Su padre José, quien está presumiblemente firmando cheques, sonríe con orgullo. "Es la nueva generación. Debemos dejar que ellos se hagan cargo".
Jancis Robinson destaca el trabajo de Familia Zuccardi
En un reciente artículo escrito para el Financial Times, la respetada experta inglesa puso en foco a esta bodega familiar, encabezada por don José Alberto “Pepe” Zuccardi.
Abril 12, 2015