Texto y fotos: Luis Fioretti
“La emoción me deja sin palabras. Vamos a seguir porque la gente nos obliga”. Uso de entrada las tiernas palabras que recibí de Ángela Delgado Noël y su marido Lucién Noël en medio del “Guararés”. ¿En medio de qué? Sí, en honor al Café Francés de San Bernardino, del cual ellos son propietarios, la organización dedicada a combatir el primer “luneró” de cada mes con buena comida, Guarará, cambió su nombre.
Pero, ¿por qué? Bueno, como muchos sabrán el Café Francés sufrió un incendio el pasado 30 de abril, reduciéndose a cenizas. La noticia corrió velozmente entre los admiradores de este restaurante que es toda una referencia en Sanber, uno de los pocos abiertos todo el año. Así, en dos días el Guarará decidió cambiar su temática original y “devolver el favor” de tantos lindos momentos vividos allí con Ángela y Lucien, tal como nos comentó Esteban Aguirre, el conocido organizador.
Entonces, mientras el programa original para este 2 de mayo contaba la presencia de 28 cocineros, con la movida en beneficio del Café Francés fueron 42. Y dije bien, en beneficio: como siempre, Guarará consiste en la reunión de cocineros y amantes de las cacerolas con el público, que paga un canon a cambio del cual se accede al lugar de turno (cada mes cambia) y come todo lo que haya. Pero en ocasión del “Guararés”, todo lo recaudado se destinó para la reconstrucción del emblemático bar de los Noël. Además, durante el evento que se desarrolló en el complejo Barrail, se recibieron donaciones de todo género para colaborar en el resurgimiento del local.
¿QUÉ TAL EL GUARARÉS? Como siempre vimos mucha gente. Pero se notaba que todos estaban prendidos al tema central: apoyar al Bar Francés. Charlamos con algunos presentes y todos coincidieron en que visitar el local era una de las mejores cosas de la ciudad veraniega. Varios destacaron la cocina europea que distingue al lugar, citando cada quien sus platos favoritos, mientras todas las opiniones tuvieron algo en común: destacar el trato amable y agradable de los Noël.
“Es como comer en casa”, nos decía el conocido wine lover catalán Roger Sordé Masip que se gana la vida como médico y docente, tanto por la calidez de los anfitriones como por las preparaciones mismas.
El espacio donde se desarrolló el evento fue un bello terreno lindante con las aguas de la Bahía de Asunción, en el extremo del Complejo Barrail, colindante con el local de eventos Talleyrand Costanera. El ambiente se compuso entre mesas largas dispuestas en una gran “L” para los cocineros/as, áreas para sentarse a comer, un escenario donde varios grupos musicales tocaron en vivo, destacando especialmente tres detalles en medio del todo: “Asadolandia”, la cerveza artesanal Herken y el stand de vinos.
MUCHO VINO EN LAS COPAS. Sobre el vino, qué decirles… Encontramos un stand dedicados a ellos, donde encontramos las etiquetas ofrecidas por tres importadoras: Vinos del Mundo, London Import y Edesa, que no dudaron en sumarse a la causa del Café Francés. Junto a ellos también encontramos el aporte de Cervepar por cierto.
Los vinos, como todas las bebidas de la noche, se pagaban aparte. Los precios, a tono con el motivo de la reunión. Así, se apreciaron etiquetas como Penfolds Bin 8 Cabernet – Shiraz; de la bodega orgánica y biodinámica chilena Viña Emiliana vimos sus etiquetas Coyam, Novas Cabernet Sauvignon y Adobe; también Alma Mora de la argentina Finca Las Moras.
Tampoco faltaron los Malbec de las bodegas Trapiche y Santa Julia, entre otros vinos. Y para estar a tono, la conocedora del tema Gabriela Fines se encargó personalmente de hacer llegar los vinos a la gente. Además, como al vino hay que servirlo bien, los amigos de In Vino Verita Club Privado ¡pusieron las copas!
Además, muchas personas y empresas dieron también su granito para este logro. Dominique Frossard, de El Francesito, aportó el queso para la raclette; Ignacio Fontclara, de Karú, aportó panes al igual que el Instituto O´hara de enseñanza gastronómica; las cervezas dijeron presente con las marcas de Cervepar, Baviera, Patagonia y Pilsen; las de Distribuidora Gloria, Miller y Peroni; y la ya mencionada cerveza artesanal Herken. “Nestlé nos dio todo para las tortas y el fondue de chocolate”, puntualizó “Panza” Aguirre.
Un detalle no menor: se vendieron más de 100 botellas de vino.
LOS LOGROS. La noche se saldó con la visita de 750 comensales, cuyo granito de arena recaudó cerca de 30 millones de guaraníes. Hay que señalar que para esto los cocineros participantes prácticamente no significaron costo, dado que todo fue destinado al beneficio del Café Francés. Si bien la suma no basta para la reconstrucción, desde el Guararés ya se pudieron oír voces de más eventos a realizarse en pro de ésta meta.
Finalmente, les contamos que el Bar Francés abrirá sus puertas provisoriamente en el local que la famosa casa de hamburguesas artesanales “Walterio” posee en Sanber, cedido gentilmente, probablemente ya desde mediados de éste mayo.
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