Por Daniel Fassardi

Tanto va el cántaro a la fuente, que se rompe. Con este refrán es posible explicar muchas situaciones. En mi caso particular es aplicable a un “castigo” que me aplicó el editor de esta página: sabiendo mi fanatismo por los vinos tintos (mi usuario en Twitter es @tintoparami, imaginen), el muy zorro me obligó a probar y evaluar una enorme cantidad de blancos y, ahora, estos vinos que durante tanto tiempo los vi sin alma, terminaron gustándome. Lo que es peor, incluso los recomiendo…

Hecha esta aclaración, entonces, procederé a relatar la relación que me unió a… otro vino blanco que el jefe me solicitó degustar para publicar. Me llamó, me convocó a su oficina para última hora de la tarde y, allí, me entregó un vino que había comprado para que yo pudiese escribir este artículo: Finca El Origen Varietal Chardonnay 2012.

Me comporté como un caballero y, sabiendo que no tenía la más mínima chance de hacer cambiar de opinión al susodicho, acepté el desafío de volver a escribir sobre un vino que terminó gustándome mucho.

Hacía un calor insoportable. Asunción parecía que iba a entrar en combustión espontánea en cualquier instante. Entonces me dije: “es ahora o nunca”.

Así fue que la llamé a mi querida S., la compinche que siempre me sigue la corriente en toda aventura que implique comida y/o bebida, y quedamos en que inmediatamente iría a visitarla para realizar juntos la degustación.

Sabiendo que llevaba un Chardonnay en la mochila, aprovechó el tiempo que tardé en llegar a su departamento para preparar una tabla con diversos tipos de quesos que venía atesorando para nuestro próximo encuentro.

Llegué, toque el timbre, saludé al metiche del encargado de su edificio, subí en el ascensor y, ya en su sacrosanto hogar, me dediqué a picotear el selecto repertorio quesero mientras el vino se enfriaba.

Mientras, entré a internet para investigar sobre la etiqueta en cuestión. Buceando en la web de la bodega me encontré con una interesante explicación, que reproduzco a continuación: “Para la producción de su línea Varietal, Finca el Origen tiene excepcionales viñedos en el Valle de Uco, “Las Pintadas”, a los pies de la Cordillera de los Andes, 1.090 metros sobre el nivel del mar. El Valle de Uco es una de las zonas vitivinícolas más promisorias en la Provincia de Mendoza, ubicado al sur de la capital de la región. Sus suelos son de mediana y baja fertilidad, muy permeables y con buen drenaje. El clima es templado a pesar de la gran diferencia de temperaturas entre el día y la noche, debido a su altitud. Los viñedos son naturalmente sanos, gracias a las cálidas y secas brisas que atraviesan el viñedo durante primavera y verano”.

Y por fin llegó el momento de la degustación. Nos topamos ante un vino de un interesante color amarillo dorado, muy brillante. En nariz es un vino interesante, con ricas notas a fruta tropical, durazno, banana, miel e, increíblemente, algo de vainilla (lo que sorprende porque no tiene paso por roble). En boca es fresquito y presente una buena acidez, mientras que al final surgen retrogustos frutados.

Sí, el jefe una vez más tenía razón: para el calor no hay como un picoteo liviano, un vino blanco fresquito y buena compañía.

Con S. seguimos conversando largo y tendido durante toda la velada. Y hubo otros descorches, aunque ese es otro tema.