Por Alejandro Sciscioli

“Se dice el pecado pero no el pecador”, dice el refrán. ¿Por qué inicio este texto con tan popular dicho? Porque a continuación comentaré todos los detalles de lo que me tocó vivir en el marco de una importante cena empresarial, especificando solamente lo que llegó a los platos y a las copas, pero sin dar mayores detalles del motivo del encuentro o los protagonistas del mismo.

Sí puedo decir que el encuentro se desarrolló en el hermoso e íntimo salón privado que el restaurante San Pietro posee en el primer piso del local que se encuentra sobre la Avenida Boggiani, y que este servidor, humildemente, se encargó de coordinar con el chef y propietario Fernando Ahlers todo lo relacionado con lo que llegaría a los platos y a las copas.

Así, mientras los ejecutivos convocados iban llegando al encuentro, fue servido como como copa de bienvenida el Champagne Pommery Brut Royal, fantástico como siempre, de nariz intensa y boca fresca y vivaz.

Y de a poco, los maridajes fueron fluyendo sobre la mesa. De entrada se sirvió un Queso provolone grillado y apanado con semillas de amapola, servido con champiñones rellenos de queso tipo manchego. ¿La armonización? El vino blanco italiano Piccini Pinot Grigio, muy frutado y de maravillosas frescura y acidez.

El plato principal tuvo una opción con carne (Ojo de bife estacionado durante 60 días, acompañado de un trío de rissottos) y una vegetariana (Torre de vegetales grillados con trío rissotos). La armonización, un desafío que fue resuelto con el Ventisquero Vértice, estupendo blend de Carmenere y Syrah que combina complejidad e intensidad en nariz con equilibrados estructura, cuerpo y acidez en boca. Un gran vino, sin dudas.

El postre, finalmente, consistió en una Degustación de dulces regionales, con texturas crocantes, maridada con el siempre fantástico Errazuriz Late Harvest Sauvignon Blanc, que enamora en nariz con notas florales y a naranjas confitadas y seduce en boca por su dulzor equilibrado y una acidez maravillosa.

Luego de los negocios y con el café ya en la mesa, antes de la despedida, las armonizaciones fueron tema de animada conversación: ya que los vinos estuvieron a la altura de lo esperado y los platos se lucieron debido al gran trabajo desplegado por Fernando y su equipo en la cocina.



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