Por Alejandro Sciscioli

La primera semana de junio terminó con una inesperada y muy agradable sorpresa: una invitación nos llegó para participar de un encuentro en el cual cinco bodegas argentinas, consorciadas en un emprendimiento denominado Sinergia, presentarían un vino cada una al mercado local con el objetivo de lograr el interés de uno o varios empresarios paraguayos para la distribución de sus productos en el país.

Puntualmente llegamos a las 20.00 al Hotel Guaraní, hora prevista para la convocatoria. E inmediatamente tomamos contacto con Ramiro de los Ríos y Franco Giacobone, con quienes rápidamente nos pusimos a conversar del modo más ameno.

El primero es un periodista de vasta trayectoria en medios que se transformó en un comunicador del vino: hoy conduce su propio programa televisivo, Vinos y Amigos, que se emite por la señal 360TV. Franco, por su parte, es directivo de Cuatro Fincas, bodega mendocina pionera en el desarrollo del “bag in box” en Argentina y que comercializa el formato a través de la marca Qubo.

Muy rápido “pegamos onda” con Ramiro. En pocos minutos conversamos sobre mil temas y, en tan breve tiempo, tuve la certeza de que habíamos encontrado un nuevo gran amigo que el vino nos había acercado.



LA EXPERIENCIA. De a poco, la gente fue llegando al restaurante del hotel y, en honor de quienes fuimos puntuales, dio inicio la experiencia. 

Primeramente, Ramiro hizo una introducción explicando qué es el Consorcio de Bodegas Sinergia: en palabras simples se trata de la unión de cinco prestigiosas bodegas mendocinas con el objetivo de comercializar sus productos en forma conjunta, tanto dentro de su país como en el exterior. ¿Cuáles son las empresas que conforman este grupo? Cuatro Fincas Winery, Funckenhausen Vineyards, Stocco de Viani, Familia Cecchin y Viamonte Winery

El primer vino en llegar a las copas fue Stocco de Viani Torrontes 2015, elaborado con uvas cultivadas en la famosa región salteña de Cafayate pero vinificadas en Mendoza. A la vista se presenta claro y muy brillante, mientras que en su nariz intensa se destacan agradables notas florales (jazmín y flor de azahar), lichi y un punto cítrico. En boca es seco, con buenas acidez y frescura, jugoso, con sabores retronasales a lichi y agua de azahar; al final presenta un leve amargor. El plato elegido para acompañar a este plato: Tartare de salmón.

El segundo vino en llegar a las copas fue Chaska Carignan 2014, elaborado por la bodega Familia Cecchin. Su color es de un seductor rojo rubí de intensidad media, brillante y ribete violáceo. Su nariz es limpia y de intensidad media, con muchas presencia de fruta roja, más recuerdos a caramelo de café, yogur y puntos ferrosos y terrosos. Entra en boca con saludo dulzón; presenta cuerpo, acidez y taninos de nivel medio, sabores lácteos y a fruta roja y un final medio. ¿La armonización? Risotto de hongos.

Luego le llegó el turno al novedoso Qubo Cuatro Fincas Cabernet Sauvignon Roble, que se sirvió directamente de los “bag in box” y generó la curiosidad de todos los presentes. ¿El resultado? ¡Muy bueno! El vino a la vista resulta de de intensidad media alta, brillante. La nariz es de intensidad media, limpia, con presencia de fruta negra, recuerdos a establo, leves puntos a especias, pimienta, mermelada y un ligero recuerdo a yogurt. Su boca es seca y acidez media, cuerpo medio alto, taninos medios, acidez media, leve picor, sabor a fruta negra, mientras que el final, también medio, se percibe bien jugoso. La comida: Bife de chorizo con papas douphan y cebollines.

Vale destacar que el “bag in box” es un dispositivo en el cual es posible contener tres litros de cualquier líquido, en este caso vino, donde hay una bolsa plástica adentro de una caja de cartón. El plástico no influye en las cualidades del líquido e impide en todo momento el ingreso de oxígeno (aún cuando el recipiente ya esté abierto), mientras que el cartón evita la contaminación por luz. 

Antes de que se termine la carne le llegó el turno al Larrea Gran Reserva Malbec 2011. De color rojo rubí intenso y brillante, en su nariz de intensidad media alta, bien compleja, aparecen fruta roja fresca, madera, laca, eucalipto y chocolate. Evoluciona muy bien en copa: mientras se airea nuevos descriptores en el vino, como café, vainilla y clavo de olor. En boca es casi seco, de acidez media alta, gran cuerpo, taninos potentes pero no molestos (bien integrados), sabores a chocolate y fruta roja; en su final largo y placentero surgen recuerdos a chocolate, madera y eucalipto. 

Junto con el espumante La Espera Extra Brut, de Funckenhausen Vineyards, se sirvió de postre una Sopa fría de frutos rojos con galleta de almendra. ¿El vino? Un muy interesante corte de Chardonnay y Viognier. Su color es dorado suave y las burbujas, finas y persistentes fluyendo desde el centro de la copa. En su nariz de intensidad media alta, aparecen my claramente aromas frutados y, fundamentalmente, lácteos (queso brie), más un leve punto cítrico. En boca es resulta seco, de buena acidez y se percibe una agradable vivacidad producida por las burbujas; los toques lácteos vuelven a percibirse; es bien jugoso y de cuerpo medio.

La sobremesa fue larga y, al día siguiente, Ramiro tuvo la gentileza de entrevistar a este servidor para emitir luego la charla en su programa de TV. Luego de la nota, tanto Ramiro como Franco visitaron la casa de In Vino Veritas para repetir la experiencia y compartir con los socios del Club los mismos vinos y la misma pasión, entre amigos, con toda la Sinergia.



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