Por Alejandro Sciscioli

Si se menciona la marca Freixenet, automáticamente estamos refiriéndonos al Cava con más tradición en el mercado local. Sus productos han tenido y siguen teniendo una importante presencia y aceptación en el país. Por ello fue un verdadero placer poder decir presente en un encuentro organizado por el sommelier Oscar Olivera en la casa de In Vino Veritas Club Privado, dirigido a periodistas, en el cual fueron presentadas varias etiquetas de la marca catalana.

Para no perder la costumbre llegué muy temprano, más de media hora antes de la convocatoria, lo que me permitió dar una mano en la puesta a punto de la mesa de cata y en la “puesta en escena” del sushi encargado a la tradicional casa japonesa Sukiyaki, el maridaje ideal para los espumosos que pronto llegarían a las copas.

Con los protagonistas en la mesa, Oscar tomó la palabra para comentar que en el año 1861 empieza el negocio familiar Casa Sala, antecesor de la empresa familiar Freixenet, fundada por Francesc Sala Farrés, al que sucede su hijo Joan. 

Citó también los siguientes hitos. En 1911, la heredera de Casa Sala, Dolores Sala Vivé, contrae matrimonio con el pequeño de la familia de los Ferrer de la Freixeneda, Pedro Ferrer Bosch, apodado el Freixenet. En 1936, en plena guerra civil española, se produce la colectivización de Freixenet y la desaparición de Pedro Ferrer y de su hijo mayor Joan Ferrer Sala, quedando la familia sin empresa, sin la cabeza y sin el “hereu”. En 1939, tras la guerra, la empresa Freixenet es devuelta a la familia. Pilar Ferrer, con apenas 20 años, es quien se hace cargo de restaurar la actividad.

Y precisó además que, como todas las etiquetas a descorchar son elaboradas bajo la DO Cava, los espumosos fueron obtenidos mediante el método tradicional o Champenoise, usando las uvas autóctonas Xarel lo, Parellada y Macabeo, utilizándose además la Trepat en el caso del Cava rosado que se sirvió durante la noche.



EN LAS COPAS. Pero llegó el momento de ir probando, y a las copas llegaron cuatro viejos y apreciados conocidos, más una novedad bien burbujeante.

Entre las etiquetas conocidas me tocó volver a disfrutar Freixenet Carta Nevada Brut, Freixenet Cordón Negro Brut, Segura Viudas Heredad (marca también elaborada por el grupo catalán), Freixenet Cordón Rosado y el novedoso Freixenet Ice.

La parte más divertida de la noche fue un juego propuesto por Oscar, quien repartió varios “antifaces” de los utilizados en los aviones para que los pasajeros puedan dormir. De ese modo, con los ojos tapados, los asistentes debían comparar un Freixenet versus otro espumoso de método tanque presente en el mercado, a fin de que puedan apreciar las diferencias entre un vino y otro.

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