Por Luis Fioretti

Cuando tenemos ganas de degustar un vino, ¿qué hacemos? Vamos a una tienda especializada, acudimos al supermercado o seleccionamos el de nuestra preferencia en la carta de un restaurante. Lo usual, entonces, es que procedamos al descorche y luego al disfrute. Sin embargo, en lo que muchas veces no reparamos, es en todo el trabajo que fue necesario para que llegue a nuestra copa: primero en finca, luego en bodega y, finalmente, los trámites de exportación e importación, incluyendo la logística.
Entonces, para que nuestras copas estén llenas de vino y dicha, es necesaria la participación de empresas importadoras, que trabajan con diversas carteras de productos, de las más diversas procedencias.
Una empresa líder en el rubro es Ramírez Díaz de Espada I.C.S.A., firma nacional cuyo portfolio está compuesto por marcas de primera calidad, traídas de todo el mundo. Y entre estas, claro, no podían faltar los vinos finos.
En realidad, afirmar que esta firma trabaja con vinos de gran calidad es quedarnos cortos. Para tener una idea de las amplias líneas que la compañía importa, conversamos con Lionel Marguet, sommelier francés afincado en nuestro país y responsable de todo un nuevo enfoque de la empresa en el asesoramiento vitivinícola, que aporta su vasta experiencia para apoyar el desarrollo comercial de la firma.
Para comenzar, Lionel cuenta que Ramirez Díaz de Espada I.C.S.A. tiene el honor de representar a una de las bodegas chilenas con mayor tradición, Concha y Toro, conocida por elaborar vinos de excepcional calidad. Una de las viñas más grandes del mundo: muchos de sus vinos recogen desde 90 puntos para arriba en concursos internacionales como algo cotidiano.
Esto se da porque “están hechos bajo el concepto de selección de cepa precisa junto a una adecuada selección del terroir. Con los mejores vinos de Concha y Toro la selección de cepa es más precisa. Si en sus buenos vinos hablamos de viñedos enteros, en los vinos top lo hacemos de parcelas de viñedos”, explica.
En cuanto al uso de la barrica, esta sirve para redondear un vino, pero nunca para superar la fruta, y el concepto de Concha y Toro, prosigue, es el de barrica a la europea: el vino no se queda una determinada cantidad de meses en ella sí o sí, sino que el mismo se retira cuando el enólogo considera que está equilibrado.

CALIDAD Y MÁS CALIDAD. Seguidamente, el sommelier fue describiendo lo más destacado de los diversos vinos de Concha y Toro.
Almaviva, cabeza de la viña, es resultado del esfuerzo conjunto de esta bodega con la francesa Baron Philippe de Rothschild, de Burdeos: los chilenos aportan el cuidado y la selección de sus viñas y los franceses la experiencia de sus enólogos.
Gravas del Maipo, 100% Syrah, refleja la constante y apasionada búsqueda de Concha y Toro por identificar los terroirs que permiten expresar el carácter de cada cepa. Proviene del viñedo Quinta de Maipo, del valle homónimo.
Carmín de Peumo es, sencillamente, el Carmenere más valorado en el mundo. Cuando la uva no alcanza la calidad requerida, el vino simplemente no se hace. Su casa es el Viñedo de Peumo, del Valle de Cachapoal.
Don Melchor es el primer vino ultra premium chileno. Máximo exponente del Cabernet Sauvignon de su país, hoy cuenta 22 cosechas, todas premiadas y reconocidas mundialmente. Pasa desde 12 a 14 meses en barrica antes de ser embotellado. Nace en el viñedo de Puente Alto, del Valle del Alto Maipo, a 650 metros sobre el nivel del mar. Sus parras promedian más de 20 años de edad.
Amelia, 100% Chardonnay, es el ícono blanco de la bodega. Originario de El Triángulo, en el Valle de Casablanca, es capaz de hacerle competencia a los grandes blancos de Borgoña, dice Lionel.
La gama Terrunyo es un referente por incluir el primer Carmenere ultra premium chileno. Se forma de la selección específica de los mejores viñedos de la casa, aquellos donde se identifica el carácter único y complejo de la variedad seleccionada. Sus cepas Cabernet Sauvignon, Carmenere y Sauvignon Blanc nacen en Las Terrazas, Viñedo Pirque Viejo, Valle del Maipo. En Paraguay quedan algunas referencias de la cosecha 2007, la mejor añada histórica de Chile, vendiéndose “a cuentagotas”, según Lionel.
Marqués de Casa Concha tiene por concepto principal “una cepa, en un viñedo, en las mejores condiciones enológicas”. Sus variedades son Cabernet Sauvignon, Carmenere, Chardonnay, Merlot, Pinot Noir y Syrah. Su cuna es el viñedo de Puente Alto, Valle del Alto Maipo.
Luego tenemos el Gran Reserva Serie Riberas, cuya característica es ser un vino de corte europeo: sus uvas proceden de viñedos ubicados en las riberas de los ríos. Se compone de cinco cepas tintas (Cabernet Sauvignon, Carmenere, Merlot y Malbec) y una blanca (Sauvignon Blanc). Son vinos frescos y minerales que pasan 6 a 8 meses en barrica, cuyo origen son el Viñedo Ucúquer, ribera sur del río Rapel, en Colchagua para la Sauvignon Blanc; el viñedo de Marchigüe (Valle de Colchagua) para la Cabernet Sauvignon y la Malbec; el viñedo de Peumo (Valle de Cachapoal) para la Carmenere.
La línea Trío ofrece los blends de la casa, todos trivarietales que logran una redondez óptima. Sus vinos llevan los nombres de la cepa predominante en cada terceto vinícola: Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Merlot son acompañados por otras uvas de diversos valles que dan al blend final un equilibrio perfecto. Esta línea tiene también un Sauvignon Blanc que combina uvas de tres valles.
Casillero del Diablo es sencillamente la estrella de Concha y Toro. Su fama procede por estar hecho con las primeras cepas que trajo Don Melchor, fundador de la viña, desde Burdeos. Esta es la marca chilena que ofrece más variedades al amante del vino, todas reservas: Cabernet Sauvignon, Carmenere, Chardonnay, Sauvignon Blanc licoroso (denominado Late Harvest (vendimia tardía), Malbec, Merlot, Pinot Noir, Syrah, Pinot Grigio. Se completa con un espumante Brut. También está el Casillero del Diablo Reserva Privada, un blend tinto Cabernet Sauvignon y Syrah, y un blanco monovarietal de Sauvignon Blanc. Esta es una de las líneas de mejor relación precio calidad de la bodega, señala Lionel.
Sunrise es una gama pensada para el consumo de todos los días, lo mismo que la gama Frontera. Ambos, sumamente accesibles, son vinos que no tienen barrica. La primera se presenta en Cabernet Sauvignon, Carmenere, Merlot.  El segundo, Frontera, es el vino chileno más vendido en el mundo. Se estima que se consume uno cada 2 segundos. Se presenta en botella normal y “Magnum” (150 cl), ideal para mesas de 5 o 6 personas. ¿Sus cepas? Cabernet Sauvignon, Moscatel de Alejandría licoroso (denominado Late Harvest (vendimia tardía), Carmenere, Merlot, Moscato, Rosé, Cabernet Blush, Sauvignon Blanc y Syrah.
Finalmente, están el Reservado en las cepas Cabernet Sauvignon, Carmenere y Sauvignon Blanc. En cuanto a los espumantes, Concha y Toro propone además un Brut y un Demisec, el primero para toda comida y el segundo como acompañante ideal de aperitivos y postres.

MÁS VINOS, TODOS LOS NIVELES. Ramirez Díaz de Espada I.C.S.A. cuenta con el único vino de producción en Paraguay, Rey Baco. Para este se importa el mosto, base del vino, y en las instalaciones centrales ubicadas en Fernando de la Mora se realiza el proceso de fermentación alcohólica. Se presenta en las variedades rosado, tinto, blanco y en sangría.
La firma también representa a la famosa Bodega López: originaria de Mendoza, Argentina, esta casa de vnos que cuenta con 114 años de edad se enfoca principalmente al Malbec y al vino espumoso.
Otros vinos representados desde diversas latitudes mundiales son el Cape Mentelle, de Australia, en las variedades Merlot, Sauvignon Blanc y Syrah; Cloudy Bay, de Nueva Zelanda, en sus variedad Sauvignon Blanc, y Cloudy Bay Te Koko, también Sauvignon Blanc. De Estados Unidos llega el Newton Merlot, considerado el mejor del mundo en su forma, sin filtrar.

LO MEJOR ES PARA EL FINAL. ¿Por qué esta frase? Sencillo: la importadora representa en Paraguay a las casas más reconocidas del más que apreciado Champagne francés.
¿Cuáles? El más afamado, Veuve Clicquot Ponsardin, en sus modalidades Brut, Demi-Sec, Rosé, Vintage, Vintage Rosé, Vintage Rich y su estrella, La Grande Dame.
El color de las etiquetas de sus botellas guarda un especial homenaje a la ciudad de San Petersburgo, Rusia, por un especial agradecimiento de esta bodega hacia aquella localidad.
Los Champagnes se caracterizan por ser “vinos de vinos” al decir de Lionel, siendo el promedio de Veuve Clicquot Ponsardin la mezcla de unos 50 a 60 crus seleccionados para componer sus espumantes. Esta aclaración viene para conocer mejor a los nombres que siguen.
Ruinart quizás no sea tan popularmente conocido como el primero, pero tiene su peso en este dato: es la bodega más antigua dedicada a la elaboración de Champagne, remontándose su origen al año 1729. Sus champagnes Brut, Dom Ruinart Brut y Dom Ruinart Brut Rosé no revelan de cuantos vinos se componen, pero al parecer de Lionel se estima que juegan en su composición unos 80. Además, como otro dato colorido, sus botellas conservan la forma del champagne “Napoleónico”.
Champagne Krug tiene como dato particular ser la marca más prestigiosa de Champagne del mundo, considerándose uno de los de mayor calidad. No en vano algunas botellas de esta bodega se cotizan en unos seis mil dólares. Sus champagnes de más prestigio son Clos d'Ambonnay, Clos du Mesnil, Grande Cuvée, Rosé y Champagne Krug Vintage. Un dato: el Clos d’Ambonnay  se elabora a partir de unos 120 vinos, seleccionados de 10 cosechas distintas.
Amplia, variada y selecta. Así es la gama de productos premium que Ramírez Díaz de Espada pone al alcance del público local.