Por Alejandro Sciscioli
Usualmente, la sabiduría popular no se equivoca. Por ello no temo repetir aquel sabio dicho que reza “lo bueno se hace esperar”. Es que eso fue precisamente lo que ocurrió con la primera cata Parawine del 2013, un encuentro que demoró 5 meses y medio en tomar forma hasta su concreción durante la noche del jueves 16 de mayo.
Y vaya que fue bueno este primer encuentro, donde se combinaron todos los factores necesarios para que el disfrute sea completo: gran marco humano, buenos vinos, clima apropiado y un lugar acogedor que se esmeró en lograr que la comida combine perfectamente con todo lo que fue llegando a las copas.
Todo comenzó en las semanas previas con la ya tradicional convocatoria a los seguidores de nuestro fan page en Facebook para que participen del sorteo de entradas que sirvan de llave de acceso a un evento que el portal realiza con gran gusto.
A la hora prevista llegamos al hermosísimo restaurante Para Cuándo la Vida con los vinos que habían aportado nuestros anunciantes. Y de a poco fueron llegando los invitados, las personas que adquirieron sus adhesiones y los lectores que ganaron el sorteo: Mauricio Muñoz Valdivia, José Garcete Ubaldi y Estela Ruiz Díaz.
Un párrafo especial de agradecimiento se merece el “amici” Ricardo Grassi, asesor de vinos y jefe de salón de Para Cuándo la Vida, quien presentó el primero y los últimos tres vinos servidos y aportó profesionalismo, conocimientos y simpatía en todo momento.
EN LOS PLATOS. Mientras los vinos iban siendo servidos, diversos platos preparados por la chef de la casa, Mariana Mersán, fueron también llegando.
Primero, una impecable Tarta de salmón rodado con puerros y un gratinado de queso brie, de la que sorprendieron la suavidad y el dulzor de la masa, que contrastaron a la perfección con los sabores del pescado y el queso.
Luego, Provoleta con tomates cherry confitados, tapenade de aceitunas y pan con morcilla, que generaron intensos sabores en boca, combinados con la siempre escurridiza textura del queso derretido.
El tercer paso fueron unas espectaculares Croquetas de jamón crudo con salsa salmorejo, que enamoraron a todos los presentes. Por lejos, el mejor plato de una noche con un muy alto estándar de cocina.
El cuarto y último paso salado fueron unos interesantes Choricitos al vino, que aportaron dulzor y un toque picante. El dulce fue un espectacular After 8, postre a base de helado de crema, un bombón de chocolate con menta y un crocante de chocolate en la base.
Un detalle a destacar es ninguno de estos platos están todavía en la carta del restaurante y fueron elaborados especialmente para el evento.
EN LAS COPAS. Siete vinos se sirvieron en total y, realmente, el aporte de los importadores fue impecable. El orden de servicio fue el siguiente:
- FINCA EL ORIGEN TORRONTÉS 2010. Con el típico color amarillo traslúcido de la cepa, este gran vino proveniente del valle de Cafayate (Salta, Argentina) tiene una muy rica nariz con notas frescas, florales y herbáceas; luego, cuando evoluciona en copa, aparecen frutas, entre las que se destaca el durazno. En Boca es muy interesante, ya que combina el frescor típico del Torrontés con una sorprendente cremosidad más propia de otras cepas (como Chardonnay o Viognier); al final, aparecen ligeros y deliciosos toques cítricos.
- SERIE RIBERAS DE CONCHA Y TORO SAUVIGNON BLANC 2010. ¿Qué podemos decir sobre este buen hijo de Chile? Posee un bello color amarillo pajizo claro y brillante, con reflejos verdosos. En nariz surgen claras notas herbáceas y minerales, más un ligero toque cítrico. En boca es fresco, seco, de buena acidez, muy, pero muy amigable.
- 35 SUR CARMENERE 2012. De todos los vinos servidos, este joven hijo de la Viña San Pedro fue el único tinto degustado sin paso por madera. De un vivo color carmín profundo, en nariz posee mucha fruta roja, una nota herbácea, más un toque dulzón y un leve dejo a chocolate. Su boca es interesante, fresca, de rica acidez, con taninos presentes pero no molestos, más un final picante y suavemente chocolatoso.
- ALTOS DEL PLATA MALBEC 2011. En Argentina se hacen muy interesantes Malbec a precios competitivos, y este vino de Terrazas de los Andes es un claro ejemplo. Tiene una rica nariz muy expresiva con pura fruta roja fresca, algunos toques especiados y muy leves notas a chocolate y vainilla (algo que sorprende porque en teoría este vino no tiene contacto con madera). Su boca es bien equilibrada, con taninos dulces. Invita a tomar y seguir tomando.
- VENTISQUERO CLÁSICO 2011 CABERNET SAUVIGNON. Cuando pensamos en algún vino chileno, la Cabernet Sauvignon es lo primero que llega a la mente de muchos, y en la chilenísima Ventisquero saben mucho sobre esta cepa. Este vino, que ha tenido un leve paso por madera, tiene en nariz mucha fruta roja fresca, un toque especiado, una suave nota a licor de cassis y agradables recuerdos a chocolate y vainilla. En boca es muy rico, con buen equilibrio entre fruta, acidez y madera. Evoluciona muy bien la copa. Es de esos vinos que invitan a seguir tomando hasta terminar la botella.
- ALTA VISTA CLASSIC MALBEC 2011. Otro muy buen ejemplo de lo que se está logrando en Mendoza con el Malbec. Su nariz es muy rica en notas a fruta roja cocida, aparecen toques a uva pasa, más notas especiadas, dulces, un agradable dejo a vainilla (fruto de los 6 meses de crianza en madera que posee) e interesantes notas balsámicas. Tiene una buena entrada en boca, con taninos dulces y redondos, una rica nota picantita, y buen equilibrio.
- ELEMENTOS TANNAT 2012. Otro vino procedente de Cafayate, en este caso de la Bodega El Esteco. Posee una muy buena nariz con mucha fruta roja fresca, un fuerte toque animal, cuero, regaliz, notas a pimienta y un leve toque de café al final. Entra bien en boca; es seco, con taninos presentes pero no molestos, buen cuerpo y estructura, buena fruta en boca, rica acidez; combinó muy bien con el postre.
La noche concluyó como corresponde, entre aplausos a los anfitriones de Para Cuándo la Vida y la firme promesa de que el siguiente encuentro se concrete lo antes posible.