Por Alejandro Sciscioli

Allá por el 2014, quien firma estas líneas tuvo el privilegio de ser parte de una experiencia inolvidable: un tour dirigido especialmente a periodistas latinoamericanos mediante el cual la entidad Wines of Argentina permitió conocer in situ una muy amplia variedad de vinos de Salta, Neuquén, Río Negro, San Juan y Mendoza.

A poco más de cuatro años y medio de tan notable experiencia llegó un nuevo convite a Paraguay para que Parawine.com sea parte de otro periplo similar, también dirigido a la prensa, con el mismo objetivo: lograr que los vinos del vecino país se comprendan mejor y, por ende, a quienes nos toca la tarea de la comunicación poder hacerlo con la mayor precisión posible.

Así, el pasado jueves 18 de octubre me tocó llegar a Buenos Aires para dar inicio a la experiencia Wines of Argentina Latam Tour 2018, que inició en la capital argentina con una agenda de seminarios y catas en verdad muy interesantes y culminó 10 días después en Mendoza como corresponde: a todo vino. Y en el medio hubo tremendas experiencias en Salta y San Juan.

Con este primer artículo se da entonces inicio a una serie que iremos publicando regularmente para contar en detalle lo aprendido, lo vivido y, por supuesto, lo catado cada una de las etapas.



BIENVENIDA. No me gusta volar. Le perdí la simpatía en el 2009, cuando un terrible viento Zonda zarandeó con todas las ganas a un avión en el cual viajaba para mi primera visita a Mendoza. Desde ese momento, cualquier turbulencia me genera una gran ansiedad. Y justamente el vuelo en el cual me dirigía a Buenos Aires para iniciar esta gira ¡tuvo que atravesar un amplio frente de tormenta, con los sacudones que ello implica! 

Ya en tierra y más calmado, el transfer me recogió por el aeropuerto y me dejó sano y salvo en el hotel NH Lancaster, elegido para nuestra estadía en Buenos Aires.

Primeramente, y como corresponde, hubo una cena de bienvenida en un restaurante que hace tiempo tenía ganas de conocer: el Comedor Narda, capitaneado por supuesto por Narda Lepes, la famosa cocinera de la TV que ganó notoriedad en todo el continente por sus diversos programas de la señal ElGourmet. 

Comedor Narda es un lugar muy sencillo, pero muy bien ubicado en una especie de nuevo polo gastronómico en Núñez. Al ser un “comedor” la ambientación es muy simple, con mesas y sillas muy básicas, de madera revestida con melamina, como si fuesen bancos de colegio, precisamente buscando recrear a los comedores en los cuales se todo es rico y abundante. Los sabores son bastante fieles a su propuesta de Narda en TV: simples, muy cercanos a lo casero, pero deliciosos.

Nos trajeron una amplia selección de platos, en pequeñas porciones para que podamos realizar una degustación. Si bien todo estuvo excelente, me quedaron en el corazón unas berenjenas rebozadas y fritas, muy crocantes, que me alegraron la velada y me llevaron a decidir que, durante mi próxima visita a Buenos Aires, este restaurante estará en mi wish list.

Claro que hubo vino. Comenzamos con Viña Cobos Felinos Chardonnay 2016, siempre delicioso, fresco y de buen cuerpo, y cerramos con una delicia inesperada, DV Catena Malbec Grenache 2015, tan maravillosamente frutada que era imposible dejar de beberla.

Cerrada la noche, retorno al hotel para reponer energías e iniciar lo verdaderamente importante al día siguiente: las capacitaciones.



PATAGONIA EN UN GARAGE. Para nada trabajoso resultó levantarse temprano en la mañana, desayunar y preparar las cosas para el primer seminario. El sitio elegido fue el Garage de Aldo, en San Telmo, un sitio sobre el cual tengo referencias debido a que leí mucho sobre él en las redes sociales. El sitio me impresionó por la gran variedad de vinos en exhibición y la sobria ambientación. Así es, otro lugar para mi wish list.

Para la experiencia fuimos acompañados por Sergio Reggiani (de las bodegas Malma y Fin del Mundo), Martín Lazorenco (de Familia Schroeder), Juan Cruz Morales (de Humberto Canale) y Ezequiel Ortega (miembro del equipo enológico de Bodega Trapiche y enólogo a cargo del proyecto Costa & Pampa).

Primeramente nos fueron compartidos una serie de datos muy interesantes sobre la Patagonia, donde apenas se producen el 2% de los vinos en Argentina y hay trabajando entre 15 y 20 bodegas sobre un universo de 900 que hay en el país. 

Algunos ítems en destaque:

. Se trata de la región con menor rendimiento de kilos de uva por hectárea de la Argentina, por cuestiones estrictamente climatológicas (no se elabora vino de mesa ni de altos volúmenes).

. Al estar ubicados entre los 36º a 45º latitud Sur, no necesitan de la altitud para compensar aspectos climáticos, como sí ocurre en otras regiones.

. En 2002 se aprobó la Indicación Geográfica (IG) Patagonia.

. Al contrario de lo que podría esperarse en un sitio de clima fresco a frío, la característica principal de los vinos tintos es que logran buenos niveles de alcohol, pero con mejor acidez natural que otras regiones.

. Su clima es continental (cuatro estaciones bien diferenciadas, con inviernos fríos y veranos cálidos), es muy ventoso y casi no llueve (apenas 150 a 180 mm de precipitaciones al año). Por ello, lo común es encontrar sanidad natural de las uvas y una gran amplitud térmica que favorece la maduración de las uvas entre el verano y el otoño. Enemigos: heladas tempranas de otoño y tardías en primavera. 

. Debido a la escasa pluviometría, el riego es artificial.



MALMA y FIN DEL MUNDO. Sergio Reggiani, representante de las bodegas Malma (ex NQN) y Fin del Mundo, comentó varios aspectos sobre el trabajo pionero de ambas casas de vinos, ubicadas en el terroir de San Patricio del Chañar, en Neuquén. 

Destacó que tanto Malma como Fin del Mundo pertenecen a un mismo grupo, aunque la decisión es que si bien se trata de empresas hermanadas, cada una debe seguir su propio camino. 

Comentó que Malma produce mucho Pinot Noir, variedad que representa aproximadamente el 90% de su producción. Tiene unas 200 hectáreas plantadas y exporta el 50% de su producción. Variedades tradicionales plantadas: Malbec, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot, entre otras

Sobre Fin del Mundo indicó que la misma fue pionera en el terroir neuquino de San Patricio del Chañar, donde posee más de 800 hectáreas. 

¿Qué catamos de ambas bodegas? Lo siguiente:

Malma Family Reserve Pinot Moir 2016 
Elegante y fresco. Color de intensidad media baja. Frutado y de acidez media. Taninos medios. Muy bien integrado el alcohol.  Final muy agradable. 

Malma Malbec 2018 Finca La Papay
Elegante, frutado, floral y muy sabroso. Acidez media +, cuerpo medio, taninos medios. Muy bien integrado el alcohol. Muy rico, fresco y fácil de beber.

Malma Universo Blend 2012
Año a año puede cambiar porcentaje del blend. Este 2012 es Malbec (60%), Cabernet Sauvignon (30%) y Petit Verdot. Tiene una crianza de 15 meses en barricas francesas. 
Intensidad aromática media +, fruta roja madura, notas lácteas, barrica bien presente (chocolate y un punto de vainilla). Sweet ponit, seco, acidez media, cuerpo alto, taninos altos (bien perceptibles pero pulidos), alcohol muy bien integrado, final muy largo. Repite lo percibido en nariz como características del sabor.



Postales del Fin del Mundo Roble Cabernet Sauvignon 2018
Entre 30% y 40% del vino tuvo contacto con duelas y chips de roble. 
Intensidad aromática media +, muy frutado. Seco, de acidez fresca (media), taninos medios, muy amable, agradable, fácil de beber y rico. 

Reserva del Fin del Mundo Reserva Malbec 2017
Nariz elegante y frutada, madera muy bien integrada. Boca amable, seco, de acidez fresca, buen cuerpo, taninos presentes y final largo. 

Bodega del Fin del Mundo Special Blend 2016
Varía de acuerdo al año, pero se mantiene en el rango de 40% Cabernet Sauvignon, 40% Malbec y 20% Merlot.
Nariz intensa y compleja, con fruta negra madura, claros aromas a roble, chocolate, puntos lácteos. En boca es seco, de acidez media, buen cuerpo, taninos altos (le vendrán muy bien un par de años más en botella), cuerpo alto, alcohol bien perceptible, final muy largo con deliciosos recuerdos a chocolate, fruta madura y algún punto licoroso. Final muy largo y agradable.



FAMILIA SCHROEDER. A su turno, Martín Lazorenco explicó que esta bodega,  que cuenta con el asesoramiento enológico de Paul Hobbs, posee 140 hectáreas de viñedos, también en San Patricio del Chañar, a 53 kilómetros de la ciudad de Neuquén. Cultivan Malbec, Pinot Noir, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Torrontés, y tal vez el detalle más significativo de la misma en cuanto a la recepción turística es que, durante la construcción del edificio se encontraron restos fósiles de un dinosaurio, que actualmente se encuentra exhibido en la misma bodega en el propio lugar de excavación.

¿Qué se cató?

Deseado
Espumoso 100% torrontés riojano. Método elaborado mediante el método tanque.
Burbujas finas y persistentes fluyendo desde el centro de la copa. Nariz intensa con aromas a manzana, pera, piña en almíbar, lichi, uva fresca, notas florales. En boca es dulce, bajo alcohol (apenas 9%), acidez fresca, y repite lo percibido en nariz como características del sabor. Su final es largo, fresco y agradable.

Saurus Select Pinot Noir 2016
El 40% del vino es criado por 9 meses en barricas de roble francés y americano.
Nariz de intensidad media, elegante, bien frutado (cereza fundamentalmente). Seco en boca, de acidez media +, cuerpo medio, taninos medios, final medio +, con características de sabor a fruta madura. 

Saurus Barrel Fermented Malbec 2017
Fermenta en barricas y es criado por 8 meses en roble francés y americano.
Nariz de intensidad media, floral y frutal, algo de especias, madera muy bien integrada. En boca es seco, de acidez media alta, taninos medio + (elegantes), final picantito medio + repitiendo lo percibido en nariz. Excelente potencial (puede mejorar con un par de años de guarda en botella).



HUMBERTO CANALE. Juan Cruz Morales explicó que la bodega fue fundada en 1907, siempre administrada por la familia fundadora. Se encuentra ubicada en el Alto Valle del Río Negro, donde poseen sus viñedos. Hans Vinding y Susana Balbo han sido consultores de esta casa de vino que pese a su larga tradición no da la espalda a la innovación. De hecho, actualmente se encuentra realizando experimentaciones con vinificaciones de huevos de concreto, entre otros aspectos enológicos.

¿Qué se cató?

Humberto Canale Old Vineyard Rosé Pinot Noir 2018  (Viñedo Sol)
La línea hace referencia a viñedos antiguos. 
Color muy rosado salmón muy suave y elegante. Nariz de intensidad media, elegante y frutado con notas a cereza y algo floral, más un dejo de frutilla. Seco, acidez media +, cuerpo medio +, características de sabor que remiten a lo percibido en nariz, cuerpo medio +, final medio y muy agradable. Mucha elegancia.

Humberto Canale Pinot Noir Gran Reserva 2014
Tiene 12 meses de crianza en barricas francesas nuevas. Tiene 14º de alcohol.
Nariz elegante de intensidad media, muy agradable. Aromas a cereza, frutilla, hongos, un suave punto a tierra y leves toques a roble. En boca es seco, de acidez alta (excelente frescor), taninos medios pero bien perceptibles, muy frutado, madera muy bien integrada, final medio +. Muy interesante. Crece en la copa de manera increíble. 

Humberto Canale Gran Reserva Merlot 2014
Tiene 12 meses de crianza en barricas francesas y americanas. Tiene 14º de alcohol. 
Nariz de intensidad media +, con aromas a fruta roja madura, chocolate, vainilla y alguna especia leve, más algo de pimiento rojo. En boca es seco, de acidez fresca, cuerpo medio +,  taninos presentes, final largo. Muy interesante.



ZONA ATLÁNTICA. Para el lector desprevenido puede resultar una rareza descubrir que en la Argentina también se elaboran vinos en su costa atlántica. Todo se remonta al año 2009, cuando enólogos del Grupo Peñaflor notaron que faltaban vinos con influencia marítima entre los productos elaborados en el país. Fue así que comenzaron con una búsqueda que concluyó en Chapadmalal, a unos pocos kilómetros al sur de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, donde notaron un gran potencial. Los responsables de esta tarea fueron los capos enológicos de la bodega Trapiche, Daniel Pi y Marcelo Belmonte. 

Ezequiel Ortega, el enólogo del Grupo Peñaflor a cargo de Costa & Pampa, explicó que el clima de Chapadmalal es muy lluvioso (entre 1.000 a 1.300 mm de precipitaciones al año) y las temperaturas resultan suaves. Es muy ventoso, con una velocidad promedio de viento 15 km, “lo que puede parecer muy moderado, pero es mucho”, aclaró. Hay pocos días de sol al año, apenas algunos más de 100, versus los más de 250 días de sol que goza Mendoza.

Por las mismas causas mencionadas más arriba, los rendimientos por hectárea en este viñedo son muy escasos: apenas 5.000 kilos en las parcelas más productivas.

Su ubicación geográfica está emplazada en la zona de confluencia de la corriente marítima fría de Malvinas (que en las regiones costeras influye con frío y sequedad ambiente) y la corriente cálida de Brasil (que aporta calor y lluvia). Por eso, frío, lluvia y el viento son las constantes.

Los viñedos de Chapadmalal comprenden 25 hectáreas plantadas con vitis vinífera y son 100% a secano, es decir que no se realiza riego artificial aún cuando el año pueda resultar seco. Buscan que sienta claramente el efecto añada, al estilo Francia.

Los se conformaron por partículas que se depositaron en el suelo por el viento. La primera capa está llena de materia orgánica y es muy negra. Luego se encuentra arcilla y, finalmente, material calcáreo. 

¿Las variedades plantadas? Albariño, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Pinot Gris, Pinot Blanc, Riesling, Gewürztraminer, Chenin Blanc, Pinot Noir, Pinot Meunier y Ancelotta, entre las principales.  

Un detalle interesante es que en breve iniciarán un trabajo de vinificación teniendo en cuenta microparcelas, siguiendo el concepto de lograr la mejor uva posible mapeando el suelo.

La bodega cuenta con una capacidad de 100.000 litros y, a modo de comparación, se destacó que Trapiche en general produce unos 40.000.000 de litros al año. 

Lo mejor de todo es que el proyecto vitivinícola comprende la visita del turismo. Se puede visitar la bodega de Chapadmalal de martes a domingo, a partir de las 10 de la mañana. Se solicita reserva previa.

A las copas llegaron los siguientes vinos:

Trapiche Costa & Pampa Sauvignon Blanc 2017
Antes de la cosecha llovieron 200 mm y la fruta quedó muy hidratada. Apenas tiene 11,5 de alcohol. El mosto estuvo en contacto con pieles, y también con las borras durante 9 meses, buscando lograr más complejidad. 
Intensidad aromática media +, con notas frutales (lichi, cítricos). En boca es seco, de acidez media +, final corto.

Trapiche Costa & Pampa Albariño 2017
Austero en nariz, con notas a fruta blanca, durazno, cítricos y un levísimo punto floral. Es seco, de acidez alta, elegante y final corto. 

Trapiche Costa & Pampa Chardonnay 2017
El 70% del vino fermenta en barricas francesas nuevas (con maloláctica full), mosto sin desborre, dos battonages semanales. El 30% restante reposa en tanques de acero inoxidable y no se permite que ocurra la fermentación maloláctica.
Es intenso en nariz, donde se perciben notas a miel, durazno, piña vainilla, frutos secos y un punto cítrico. Es seco en boca, de acidez media, cuerpo medio +, untuoso y de final largo. Muy interesante. 

Trapiche Costa & Pampa Pinot Noir 2016
El 50% del vino tiene 12 meses de crianza en roble francés de tercer y cuarto uso. Un 10% del vino tiene maceración carbónica.
Nariz intensidad media +, elegante, con notas a cereza, especias y tierra húmeda; gana complejidad en la medida se oxigena. Seco, de acidez media +, cuerpo medio, taninos medios, final largo.

Tras la charla almorzamos en el mismo Garage de Aldo y, teniendo en cuenta que fue una mañana en verdad intensa, tuvimos tarde libre. Por la noche cenamos en el restaurante Roux, aunque esa experiencia fue tan buena que bien vale el artículo que dará continuidad a este relato.

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